Este sábado, 17 de diciembre, se cumplen 25 años del asesinato de Ana Orantes, víctima del maltrato de su marido durante cuatro décadas. Esta mujer granadina se atrevió a contarlo ante las cámaras de televisión y, tan solo 13 días después, su exmarido, José Parejo, del que se había separado un año antes, en 1996, la quemó viva.
Su caso puso rostro y voz a una lacra social que hasta entonces parecía no existir. Y su crimen, en el municipio granadino de Cúllar Vega, consternó de tal forma a la sociedad española que propició la reforma del Código Penal sobre violencia de género. Sus hijos la recuerdan y le dan las gracias. Por otra parte, una mujer se encuentra en estado crítico tras ser apuñalada por su expareja en Dos Hermanas, Sevilla.
Al relato en directo de Ana Orantes, explicando que recibía "paliza sobre paliza, un día sí, un día no y el del medio", asistía Raquel, una de sus hijas. Igual que el resto, se enteraba entonces de los de muchos de los horrores sufridos por su madre durante 40 años. "De ahí la cara que yo tengo", asegura.
Visiblemente emocionada, Raquel reconoce que mañana "será un día muy duro". Y, recordando a su progenitora, subraya que "para mí es una valiente, mi persona favorita en el mundo, un ser de luz".
Una mujer que, a pesar de todo, consiguió separarse de su maltratador. "Ese año es Ana Orantes en estado puro", dice orgullosa su hija.
Un año en el que fue feliz pero en el que tenía que compartir edificio con el hombre que terminó asesinándola, el mismo que trató de silenciar una voz impresa para siempre en la memoria de todo un país. "Hoy por hoy está más viva que nunca", añade Raquel Orantes.
Ella y sus hermanos renegaron del apellido paterno, poniendo tierra de por medio con un hombre que fue condenado a 17 años de prisión y que en 2004 murió encarcelado a causa de un infarto.