Las ventas de turrón son un clásico durante las navidades. Los tradicionales turrones de almendra, los duros y los blancos ya han sido superados en ventas por otro tipo de turrón: el de chocolate crujiente con arroz inflado.
Sin embargo, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), advierten que la calidad de estos turrones deja bastante que desear. Para ello ha analizado 17 turrones de este tipo en el mercado.
15 de los 17 turrones analizados por la OCU "sustituyen parte de la manteca de cacao por otras grasas más baratas, como el aceite de girasol, la grasa de palma o la manteca de karité", aseguran desde la organización, lo que a su vez lastra sus resultados en degustación.
Esa falta de manteca de cacao "se oculta con la adición de aromas y una generosa cantidad de azúcares, que ronda el 50% del turrón", señalan. Por ello, "las pruebas de cata revelan sabores demasiado dulces, ausencia de olor a chocolate, dificultades para fundirlo en boca, una consistencia demasiado dura o un extrusionado de arroz (y maíz) que se pega a las muelas", informan.
La mitad de los productos no superan la nota mínima para considerarlos aceptables, según la OCU.
Los dos turrones de chocolate crujiente mejor valorados por la OCU son:
El análisis de estos turrones también revela "el uso de distintos aditivos con acción emulsionante para facilitar la mezcla de grasas, como las lecitinas (E322) o el polirricinoleato de poliglicerol (E476)".
Respecto a los granos de arroz del relleno, OCU observa que en realidad se trata de "un extrusionado de harinas de arroz, maíz y sal, inflado con aire".
Por todo ello y en definitiva, OCU recomienda un consumo ocasional de los turrones de chocolate.