La guerra en Ucrania ha provocado la separación de muchas familias que todavía hoy no han podido reencontrarse. Sin embargo, hay regalos de Navidad que llegan antes de lo previsto como el abrazo que recibe Shasha.
Este niño ucraniano que ahora vive en Córdoba ha recibido, sin esperarlo, la visita de su madre a la que no veía desde hace seis meses. El abrazo entre madre e hijo perdura desde que ambos se reencontraron en un partido de fútbol.
“Yo no sabía que venía mi madre” asegura el niño ilusionado. Una visita inesperada ante la que el chico de doce años se echa las manos a la cabeza.
Ovación en el campo y emociones contra las que no se puede competir: “No sabía que pasaba, es el mejor regalo de mi vida”
Las lágrimas incontrolables, la mirada de incredulidad y ese abrazo del que no se han vuelto a separar. No estaba Shasha, con los colores de Ucrania en sus calcetines, entrenado para recibir esta sorpresa. Tampoco Irina para darla: “Sentí muchísima felicidad, como que se me paraba el corazón al ver a mi hijo después de tanto tiempo”
Se separaron hace medio año, cuando los tíos de Shasha lo trajeron hasta Córdoba. Lo alejaron del estruendo de la guerra, pero también del resto de su familia.
Un largo viaje en autobús para pasar unos días juntos, un sueño al que se aferra para no dejarlo escapar.