La Agence Régionale de Santé Nouvelle-Aquitaine (ARS), que forma parte del sistema nacional de salud francés, ha confirmado un caso de virus Usutu en una persona que no había salido de Francia durante el período anterior a la aparición de los primeros signos de la enfermedad. Esto indica que ha sido una infección autóctona por lo que es un contagio relevante que requiere un seguimiento específico.
El virus Usutu es un virus emergente de origen africano, del género Flavivirus. Fue identificado por primera vez en Swazilandia en 1959, en un mosquito de la especie Culex neavei atrapado en la orilla del río Usutu. Durante un tiempo, la presencia del virus estuvo limitada a África. Solo décadas más tarde se informó de algún caso esporádico en humanos que presentaron fiebre, sarpullido e ictericia.
Sin embargo, en 1996 el virus Usutu se detectó en la región italiana de la Toscana. Cinco años después aparecieron en Austria numerosas muertes de aves asociadas a este microorganismo. Este episodio se ha asumido como el punto de partida de la propagación del virus en Europa.
En 2001, el virus provocó el primer gran brote en varias especies de aves en la región de Viena en Austria. En los años siguientes, la expansión geográfica del virus Usutu en Europa alcanzó a países como Suiza, Hungría, Alemania o España y, por detección serológica, se encontró en diferentes especies de aves silvestres y cautivas.
El ciclo de transmisión natural del virus se desenvuelve en mosquitos y aves, por lo que los humanos y otros mamíferos son considerados huéspedes incidentales sin salida. En África, la variedad de huéspedes del virus Usutu incluye mosquitos, pájaros, équidos y perros. En Europa el virus ha sido detectado en diferentes especies de mosquitos nativos, generalmente Culex pipiens, e invasores como Aedes albopictus y Aedes japonicus, pero también en murciélagos comunes en Alemania y Bélgica.
Además, los anticuerpos contra el virus Usutu han sido detectados esporádicamente en caballos, perros, ardillas, jabalíes, corzos y lagartijas por lo que el virus puede infectar de manera incidental a gran cantidad de animales.
El virus circula principalmente entre las aves. Afecta sobre todo a mirlos, que sufren episodios de alta mortalidad, gorriones, carboneros y petirrojos, pero también a algunas rapaces como búhos y lechuzas o aves migratorias. Por ejemplo, en Alemania, la población de mirlos se redujo en un 15 % en los 5 años posteriores a la llegada del virus Usutu. La susceptibilidad de los mirlos al virus Usutu, convierten a esta ave en una especie centinela ideal para la detección del patógeno.
El virus se transmite por la picadura de mosquitos, en especial a través del llamado mosquito común (Culex pipiens). La vigilancia para la detección temprana proporciona información muy valiosa para la evaluación de riesgos para la salud pública.
En este sentido, el potencial zoonótico del virus Usutu debe tenerse en cuenta porque ha sido confirmado en un número creciente de casos humanos. El primer caso de infección humana por el virus Usutu fue notificado en 1980 en la República Centroafricana y el segundo en Burkina Faso en el año 2004.
Ambos casos manifestaron signos clínicos leves, principalmente fiebre y erupción cutánea. Sin embargo, en los últimos años han aumentado los casos clínicos en Europa que han mostrado síntomas neuroinvasivos.
En el año 2009 en Italia, hubo dos casos de meningoencefalitis asociada a la infección del virus Usutu en pacientes inmunocomprometidos. Desde entonces, han aparecido casos adicionales de meningoencefalitis asociada a este virus. La propagación es clásica, el mosquito pica a un pájaro portador del virus y luego a un ser humano. El virus Usutu no se transmite de humano a humano, ni de humano a mosquito.
Hasta la fecha, en Europa, ha habido en torno a 50 casos documentados de infección aguda por infección de virus Usutu en humanos, la mayoría de ellos fueron identificados accidentalmente en muestras de sangre donada. En Francia, el virus circula desde el año 2015.
La infección es a menudo asintomática o mínimamente sintomática con síntomas comparables a los de la gripe con astenia, dolor de cabeza y exantema. Sin embargo, en algunos casos, el virus causa trastornos neurológicos graves como encefalitis o meningoencefalitis.
No existe tratamiento específico contra el virus y las personas infectadas solo reciben terapia de apoyo. La mejor prevención contra la enfermedad radica en la protección contra los mosquitos, lo que, de paso, permite limitar todas las infecciones que pueden transmitir.