'La perla de lujo', el hostal tapadera que albergaba a migrantes en condiciones infrahumanas en Madrid

  • 12 ciudadanos indios dormían en colchones en el suelo y tenían un visado de un día en España

  • Una vecina dio la voz de alarma por el constante tránsito de personas en un local en obras

  • Una falsa agencia de viajes cobraba 3.500 por los billetes de avión y el hospedaje

Una vecina llamó para avisar a la Policía Municipal de que veía un constante trasiego de personas en un local que estaba en obras, situado en la calle Vigo número 7, en el distrito madrileño de Retiro. Una patrulla se dirigió al lugar. Al llamar a la puerta les abrió un ciudadano egipcio que les permitió entrar. Encontraron a 12 personas hacinadas en condiciones infrahumanas: dormían en colchones en el suelo, junto a sus mochilas, en un espacio insalubre. Según ellos relataron, les cobraban 20 euros a cada uno por poder pasar la noche.

Así descubrieron una red que traficaba con seres humanos, a través de una falsa agencia de viajes. Los interesados procedían de la India o Pakistán. Les cobraban unos 3.500 euros por el viaje, incluyendo los billetes de avión y alojamiento. Obtenían un visado de entrada y salida en España solo por un día. Madrid les servía como paso intermedio y tenían como destino final otros países de Europa o Canadá.

Este local había sido habilitado después de que la semana anterior la Policía Nacional clausurase el hostal 'La Perla de Lujo', situado en un bajo del número 3 de la calle Estroncio, en el distrito de Villaverde. Regentado por el mismo ciudadano egipcio, se anunciaba en plataformas como Booking o Tripadvisor: " Situado a 8,7 km de la estación de tren de Atocha, ofrece vistas al jardín. Todas las habitaciones cuentan con cocina y baño compartido", se lee en las descripciones.

Literas compartidas y falta de seguridad

Una vez que los migrantes llegaban a Madrid, eran albergados de forma clandestina en el 'La Perla de Lujo'. Las imágenes de las páginas de internet muestran un piso reformado, limpio, cerca del metro y con Internet. Dos ciudadanos colombianos, un hombre y una mujer, se encargaban de atenderles. También a los huéspedes que hacían sus reservas a través de las páginas web, donde se pueden leer las reseñas criticando las instalaciones.

Germán fue de los últimos clientes: "No hay un lugar seguro para dejar las pertenencias. Poco espacio para tantas camas y tanta gente. Fotos engañosas", denunciaba.

En Septiembre Sofía escribió: " La habitación es bastante chica para nueve camas y tuve que poner mi cabeza del otro lado del colchón para estar cerca de la ventana por el calor, literalmente por la reja alguien podía meter la mano y tomar mis cosas o directamente agarrarme la cara. Las escaleras son difíciles de usar, se mueven y hacen ruido".

María especificaba: "Poner tres camarotes de tres pisos son nueve personas en total, en un área de aproximadamente 25 metros cuadrados y peor aún aceptar que duerman dos personas en una sola cama, eso hace que sean por lo menos 10 personas en un ambiente que considero pequeño".

Según explicó el gerente a los agentes de la Policía Municipal, en el nuevo local pretendía construir una pensión e incluso había dibujado sobre la pared el plano, dividiendo un espacio en tres estancias, con varias literas cada una. No había solicitado los permisos ni tenía licencia para hacer esta reforma. Cuatro de los migrantes fueron detenidos por infracción a la ley de extranjería porque tenían el visado caducado.