Qué suerte que hace 44 años el cantante Víctor Manuel parara en un hotel de Córdoba, en una de sus giras, y en el periódico leyera la historia de Mari Luz y Antonio. Una historia de amor entre dos personas con discapacidad. Este sábado, 3 de diciembre, Día Internacional de las personas con Discapacidad, NIUS cuenta la historia real que hay detrás de una de las canciones más famosas del artista: 'Solo pienso en ti'.
Mari Luz y Antonio existen de verdad, llevan toda la vida... "toda una vida juntos" y Víctor Manuel les hizo una canción. “Es la que más satisfacciones me ha dado en toda mi carrera”, dice el artista tras cantarla, una vez más, en la gala sobre la discapacidad organizada por la Fundación SIFU, organización que promueve y fomenta la integración social e inserción laboral de las personas con discapacidad y con especiales dificultades de inserción reivindicando que el talento no entiende de barreras.
“Puras casualidades encadenadas. La vida rima. Aquel día, aquella noticia me abrió los ojos a una realidad que yo no conocía. Hablaba de una residencia donde vivían personas con discapacidad de distinto sexo. Trabajaban, pero en su tiempo libre también se enamoraban y ahí era cuando realmente empezaban los problemas”, explica a NIUS Víctor Manuel. La canción se grabó en Milán en noviembre de 1978.
¿Recuerdan el inicio de la canción? Ella fue a nacer en una fría sala de hospital. Cuando vio la luz su frente se quebró como cristal, porque entre sus dedos a su padre como un pez se le escurrió. Hace un mes cumplió los veintiséis. Solo pienso en ti.
Hoy Mari Luz tiene 68 años. Tras esa caída sufrió un daño cerebral de por vida y fue diagnosticada con una discapacidad intelectual leve. Ella sonriente, siempre bromista, intenta recordar cómo fueron aquellos años. Todo lo recuerda sencillo. “Trabajábamos en la fábrica. Yo era costurera y cocinera y él carpintero. Así nos conocimos… y nos enamoramos”.
El nació de pie le fueron a parir entre algodón. Su padre pensó, que aquello era un castigo del señor, le buscó un lugar para olvidarlo, y siendo niño le internó. Pronto cumplirá los treinta y tres.
Antonio sonríe a su lado. Tiene 73 años y el Alzheimer está empezando a hacerse notar. Antonio, también tiene una discapacidad intelectual leve, trabajó en el campo toda su vida, escondido del mundo para que no le vieran. Hoy sigue mirando a Mariluz como debió de mirarla entonces. Con el mismo amor y el mismo cariño. Sólo pienso en ti.
Fue la Fundación Promi, la organización que lleva más de 50 años apoyando a personas con distintas capacidades intelectuales y luchando por que tengan una vida plena, con el doctor Juan López Marín al frente, la que les dio la oportunidad de tener una vida a la que tenían derecho. "Para mi es un héroe", dice Víctor Manuel. "Sin él no estaríamos donde estamos. Fue un adelantado a su época y se ha avanzado mucho, pero queda mucho también”, comenta. "Esta canción que escribí hace 44 años sigue vigente. La gente me sigue dando las gracias por componerla, por lo que se ha conseguido con ella”.
“Esta historia de amor surgió por los años 70 entre dos personas con discapacidad, un tiempo en el que se creía que este colectivo no estaba capacitado para amar”, asegura Juan Antonio Pérez Benito, presidente de la Fundación Promi. Pero a ellos les corrían mil hormigas por los pies. “Tras la canción todo cambió, fue un hito que sirvió en su momento para dar visibilidad al mundo de las personas de la discapacidad que era algo totalmente desconocido”.
Y, por supuesto, su amor no fue tan fácil como el de la mayoría. "Ambos llegaron a la residencia como personas rechazadas por la sociedad, no se las consideraba válidas”, cuenta Antonio Salmoral, director asistencial de la Fundación Promi, y una de las personas que les cuida cada día. La intención de Promi fue ofrecer una oportunidad laboral a quienes por su discapacidad intelectual no tenían esa posibilidad. "Antonio y Mª Luz empezaron a trabajar y a vivir allí. Él en la carpintería, ella en la limpieza y el amor surgió como algo natural, sin buscarlo. Una vez que llamó a sus puertas no podían resignarse y quisieron más, pasar a otras etapas, el matrimonio, los hijos... En ese caso no pudimos hacer otra cosa que apoyarles y luchar con ellos”, explica.
En el comedor les sientan separados a comer. Si se miran bien, les corren mil hormigas por los pies. Ella le regala alguna flor y él le dibuja en un papel, algo parecido a un corazón. Sólo pienso en ti.
“Quieres ser mi novio, quieres ser mi novia. Queríamos casarnos como cualquier otra pareja”, dice Mari Luz. Y no fue sencillo. "Al principio nos tachaban de locos, era algo desaconsejable, que dos personas con discapacidad tuvieran derecho a una vida juntos, incluso que pudieran tener sexo. Había mucho tabú. Hubo incluso que pedir permiso al obispo", cuenta Salmoral. Al final ese matrimonio vio la luz. "Se casaron y tuvieron tres hijos sanos, dos de ellos universitarios, y el otro mecánico, y han podido tener una vida plena en todos los sentidos”, dice.
Vivían en un piso tutelado con sus tres hijos, el mayor y dos mellizos. Al principio, los niños vivían en casa, todos juntos, aunque según crecían se hacía más complicado para Mari Luz y Antonio poder abarcar las tareas de tres hijos. Y se decidió que lo mejor era que se fueran a vivir con la familia de Antonio, en concreto con su hermana. Ellos siguieron juntos, día tras día y veían a sus hijos casi a diario. Hoy, 40 años después, les van a visitar y pasan las vacaciones juntos.
A Víctor Manuel se le iluminan los ojos cuando habla de ellos. “Yo escribí la canción, pero ellos han escrito la historia de su vida y la de muchas personas con discapacidad como ellos. Abrieron puertas, algo impensable hace 40 años”, señala el cantante.
Hey, sólo pienso en ti. Juntos de la mano, se les ve por el jardín.
Así, con tres hijos y una vida entera juntos Mari Luz y Antonio siguen sonriendo. ¿Os volveríais a casar? "Sí. Bueno... o no”, bromea ella. “Éramos jóvenes, yo le veía muy guapo. Por las tardes podíamos pasear juntos de la mano por el jardín, había muchas flores”. Hoy, cada uno por la mañana se va a realizar sus tareas en un taller ocupacional. Por la tarde vuelven a estar juntos, como siempre.
No puede haber nadie en este mundo tan feliz. Hey, sólo pienso en ti.