El pasado sábado 26 de noviembre, este redactor de NIUS publicó una entrevista con Sara García, que acababa de ser seleccionada astronauta por la Agencia Espacial Europea (ESA) entre 22.500 candidatos. El artículo en cuestión encabeza esta noticia.
La selección de Sara se produjo el miércoles y la entrevista se realizó el viernes por la tarde. En ese intervalo de dos días se publicaron otras entrevistas y semblanzas sobre Sara García y el otro astronauta español seleccionado, Pablo Álvarez.
Como es práctica habitual, este redactor leyó esas entrevistas previas, donde se destacaba tanto el currículum impresionante de Sara en su investigación contra el cáncer así como su gran capacidad intelectual y su temple, que le llevaron a estar entre los 17 seleccionados finales de la ESA.
Esas informaciones sirvieron de base para la entrevista del viernes por la tarde, y en torno a esos méritos giró la mayor parte de la conversación, que duró unos 13 minutos. Sin embargo, a este redactor le interesaba destacar algo que solo había leído superficialmente en otras entrevistas. A saber: la gran curiosidad de Sara por todo tipo de actividades y cómo había influido esto en su carrera profesional.
Era interesante insistir en ello porque ese rasgo de personalidad le había forjado determinado carácter: el espíritu y la voluntad continua de plantearse retos y superarlos. Eso, decía ella, le había ayudado a superarse también en su trabajo.
Sara comentó: “Enfrentarte a todo tipo de cosas hace que te enfrentes a todo tipo de problemas. Eso implica que te vuelvas muy creativo para buscar soluciones para todo. Tener inquietudes y ganas de aprender te abre la mente. Y eso siempre es positivo, te enfrentes a lo que te enfrentes”.
Era una respuesta que me interesaba mucho. De hecho, yo había publicado el sábado anterior un artículo sobre la mentalidad de la gente exitosa y los genios. En él varios autores destacaban que una nota común a las personas exitosas es su curiosidad y su mente “abierta a las experiencias”. Se puede leer el artículo pinchando aquí.
En su respuesta, Sara afirmó con gran entusiasmo lo siguiente: “Cuando digo me gusta todo, parece una exageración, pero no. Me encanta cocinar, hago ‘crochet’, me creo mi propia ropa, me construyo mis propios muebles. Incluso levanté mi propio gimnasio”.
Esa respuesta me resultó muy llamativa, diferente a otros titulares que había visto en días previos, y que resumían muy bien la idea que Sara quería trasladar. En sus palabras: “Soy tremendamente inquieta”.
Por eso titulé la entrevista por ahí. Fue una decisión totalmente periodística, que no vino condicionada por la orden de ningún superior.
Al día siguiente, algunos usuarios de Twitter comentaron que el contenido de la entrevista estaba muy bien, las referencias a su currículum, su labor investigadora, el valor de la ciencia en el espacio, la dureza de las pruebas que Sara había superado. Pero no entendían cómo había elegido ese titular cuando el personaje tenía una carrera tan impresionante.
Puedo estar de acuerdo con ellos. Quizá el titular resultara algo equívoco, pero a mi juicio era y sigue siendo el que mejor resume lo que quería contar.
Elegir un titular siempre es la parte más difícil de la redacción de una entrevista. Tiene que ser novedoso, enganchar al lector y resumir el espíritu de la conversación. Conlleva también algunos riesgos: seleccionar solo una frase puede desvirtuar toda la entrevista.
A mi juicio el que yo elegí describía bien la personalidad de Sara, una todoterreno.
Por eso me extrañé cuando los comentarios derivaron de una crítica periodística a una acusación de machismo, y luego pasaron al insulto. Destacar las inquietudes de Sara y cómo estas le habían conducido en la vida a ser una persona exitosa tuvo un efecto bumerán.
Se volvieron en contra de este redactor. Repito: quizá el titular no fue el más afortunado –se podría haber elegido otro-, porque resultó equívoco para muchos. Y pido disculpas si Sara García se ha sentido ofendida.
También pido disculpas a quienes hayan entendido que ese titular resultaba machista. Nada más lejos de mi intención. Para tratar de aclararlo he escrito este artículo.