La imprudencia de un pasajero de un ferry en Tenerife ha podido terminar en tragedia. El hombre, de 50 años, no llegaba al último barco hacia Gran Canaria porque acaba de partir y saltó para tratar de alcanzarlo. La distancia era demasiado grande y se dio de bruces con las defensas de la embarcación, podía haber sido succionado por las turbinas.
Los hechos ocurrieron a las 20:00 horas del pasado miércoles en el Muelle de Rivera de Santa Cruz de Tenerife. El pasajero, un vecino canario, evoluciona favorablemente, aunque acabó con varios traumatismos. Llegó tarde y ya estaba señalizado que no se podía acceder al barco de ninguna manera, pero él intentó saltar por una de las rampas fijas por las que suelen subir los coches a pesar de que el buque Bañaderos Express había zarpado.
Rápidamente, desde la compañía naviera Fred. Olsen Express, que cubre la ruta entre Santa Cruz de Tenerife y Agaete, le lanzaron un salvavidas. Poco después llegó la Policía Portuaria, que lo rescató con una lancha, y fue trasladado al hospital, donde ahora se recupera de una imprudencia que le pudo costar la vida.