España hubiera necesitado 12.311 millones de euros de gasto público adicional en Educación en 2022, en lugar de los 8.853 millones de euros que se destinaron, por lo que harían falta 3.458 millones de euros para recuperar el aprendizaje perdido por la pandemia.
Esta es una de las conclusiones extraída del informe sobre la situación del sistema educativo elaborado para ANPE por el profesor titular del Departamento de Economía Aplicada I de la Universidad Rey Juan Carlos y exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) del Ministerio de Educación y FP, Isamel Sanz Labrador; y el profesor titular del Departamento de Economía Aplicada I de la Universidad Rey Juan Carlos, Luis Eduardo Pires Jiménez.
El sindicato de la enseñanza pública ha recordado que el Banco Mundial publicó una panorámica de los artículos de investigación que estimaban la pérdida de aprendizaje provocada por los efectos del cierre de centros educativos, interrupciones de la docencia e introducción de clases online y semipresenciales, por causa de la pandemia, entre marzo de 2020 y marzo de 2022.
En concreto, se identifican 36 estudios rigurosos que concluyen, en promedio, que la pandemia ha provocado una pérdida del equivalente a entre un trimestre y medio año de aprendizaje, en los estudiantes de enseñanzas no universitarias.
Además, la mayoría de los análisis coinciden en que el impacto de la pandemia en el progreso académico ha sido más negativo en los estudiantes de entornos desfavorecidos, de modo que las desigualdades educativas han aumentado respecto a la situación previa a la covid-19.
Bajo estas premisas, los autores del informe han realizado un cálculo de la inversión que necesitaría la educación española para que los estudiantes españoles recuperen el aprendizaje perdido durante la pandemia y el curso posterior.
Partiendo de los últimos datos disponibles de gasto por alumno, en centros sostenidos con fondos públicos (datos de 2019, provenientes de Las cifras de la educación en España que se publicaron en diciembre de 2021), la investigación estima que, si los estudiantes han perdido un tercio del curso escolar, se requerirá al menos un tercio adicional del presupuesto para recuperar el aprendizaje perdido.
El cálculo ha sido realizado desde una estimación conservadora del coste de recuperación y para el que habrá que tener en cuenta, además, que el gasto por alumno en los años posteriores obviamente se habrá incrementado.
El trabajo revela que "parte de la mejora producida en la tasa bruta de graduados en la ESO en el curso 2019-20 se ha perdido". Precisamente, explica que los datos publicados el pasado 18 de noviembre por el Ministerio de Educación y Formación Profesional muestran que la tasa bruta de graduados en la ESO (jóvenes que titulan en la ESO dentro de su grupo de edad) aumentó del 78,8% en el curso 2018-19 al 84% en 2019-20, en buena parte por las medidas de flexibilización introducidas en el sistema educativo, pero ha vuelto a retroceder al 82,1% en el curso 2020-21. El informe recuerda que no se dispone de resultados de pruebas internacionales posteriores a la pandemia.
Respecto al acceso a la educación y principales resultados del sistema educativo español, refleja que España "necesita impulsar las enseñanzas de FP de grado medio como instrumento para reducir el abandono temprano educativo y el porcentaje de jóvenes que no continúan sus estudios más allá de la ESO".
También advierte de que existen "grandes diferencias" en resultados educativos entre las diferentes comunidades autónomas, así como una brecha educativa entre hombres y mujeres, "más elevada que la de otros países desarrollados".
Respecto a los desajustes en la oferta y demanda de plazas en las titulaciones de la Formación Profesional, y su impacto sobre las oportunidades laborales de los jóvenes, apunta que "es necesario aumentar el número absoluto de graduados en FP de grado medio, sin disminuir el de Bachillerato".