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Se lo contábamos hace unos días. Estamos viviendo una auténtica explosión de bronquiolitis, que mantiene colapsados los hospitales en las últimas semanas. El culpable: el virus respiratorio sincitial (VRS). Un virus que, habitualmente, “tiene una estacionalidad muy clara”, según el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat, pero que, este año, ha llegado un mes antes. Normalmente su ola epidémica va de mediados de noviembre a mediados de diciembre. ¿Hemos alcanzado ya el pico de la ola de VRS? ¿Cuánto nos queda por ver?
Bassat advierte de que “los modelos matemáticos sugieren que ya hemos llegado al pico”. Alude a modelos que comparan la situación epidemiológica actual con la de 2019, anterior a la pandemia. Y matiza: “Aunque no sabemos si este año el virus se va a comportar de la misma manera que entonces”.
Pero, con esa incertidumbre sobre la mesa, el epidemiólogo asegura que la previsión es que “ya se ha alcanzado el pico. No sabemos si ahora se va a estabilizar, se va a mantener ahí con dientes de sierra, o va a empezar a bajar ya”. Y esto es algo que confirma también Antonio Moreno, neumólogo pediatra en el Hospital Vall d’Hebrón.
“Llevamos más o menos una semana en que se ha estabilizado el número de ingresos”, explica. “Al menos en Cataluña parece que se está llegando al pico, y que la ola de bronquiolitis empieza a frenar un poco”. Esto, en cuanto al número de casos de VRS que atienden en estos momentos. Pero las hospitalizaciones no han dejado de subir desde hace semanas, como ven en el gráfico que acompaña a este artículo.
El último informe del ISCIII sobre infecciones respiratorias, con datos que llegan hasta el 20 de noviembre, muestra un claro aumento de los casos que llegan a atención primaria y de las tasas de hospitalización. “Aumentan las tasas de bronquiolitis en menores de 5 años”, aseguran, sobre todo entre los niños de 0 a 4 años. Y aumenta también “la tasa de hospitalización por VRS”.
Tanto la curva de casos como la de hospitalizaciones suben de forma sostenida desde hace semanas. En el caso de las hospitalizaciones, empezó a dispararse hace unas 6 semanas y ya casi alcanza la vertical. Lo pueden ver en el gráfico. ¿A qué se debe esto? ¿El VRS de este año es más grave? ¿Qué está pasando?
Bassat confirma que la curva de hospitalizaciones “ha subido muy rápido y de forma muy explosiva”. Y explica por qué. “Porque los niños nacidos en los últimos dos años, en la pandemia, no se han visto demasiado expuestos a este virus”. En los últimos dos años, no ha circulado. Es decir, “no es porque el virus sea más grave, sino porque el periodo en el que te puede causar enfermedad grave se ha extendido más allá del primer año de vida”.
El pediatra explica que, habitualmente, los niños que llegaban a ingresar en el hospital por bronquiolitis eran los más pequeños, los bebés. Pero este año no lo son tanto. “Todos los años, el grueso de los ingresos eran niños menores de 1 año. Porque, a medida que se van haciendo más mayores, los niños dejan de estar tan a riesgo de casos graves”, explica Bassat.
“El niño de 1 año, lo normal es que ya haya sido expuesto al virus en algún momento, pero ahora estamos viendo niños de 2 años que nunca habían estado en contacto con el VRS. Estamos viendo casos graves incluso en niños mayores de 2 años. ¿Por qué? Porque es como si fueran vírgenes al virus, al no haber estado expuestos”.
Moreno lo corrobora. El ingreso de niños más mayores, este año, es “una de las razones que parece que pueda estar detrás” de este aumento de las hospitalizaciones. “No sólo ingresan los pequeños, sino también otros más mayores, que no habían estado expuestos al virus”. Aunque advierte que, “dentro de los casos más graves, los que acaban en la UCI son sobre todo los menores de 3 meses, incluso menores de 1 mes. Algunos niños de 2 años también llegan a la UCI, pero no son la mayoría”, asegura.
Manuel Sánchez Luna, presidente de la Sociedad Española de Neonatología, explicaba en NIUS que las hospitalizaciones de niños menores de 1 año por este virus no son algo raro. Al revés, “la bronquiolitis es la causa más frecuente de hospitalización pediátrica en los menores de un año en España. El volumen de ingresos que provoca (el VRS) es bestial”. Eso, de forma habitual. Este año, súmenle además ingresos de niños mayores de 1 año.
Esta sería, por tanto, la explicación a ese aumento en las hospitalizaciones. Lo que no parece es que el virus sea más virulento, este año. “No, no tiene por qué ser más virulento, lo que pasa es que hay más casos y entonces hay más casos graves, porque el VRS no suele circular de forma tan extendida como lo está haciendo en este momento”, asegura el virólogo Estanislao Nistal.
Es decir, es un tema estadístico, que ya vimos con la covid. Cuantos más contagios hay, más casos graves puede haber. “Cuanto más circule el virus, hay más personas expuestas, y algunas las más susceptibles –niños pequeños y personas mayores- pueden llegar a tener problemas graves”, explica. Pero el virus no es más fuerte que otros años.
Lo que está ocurriendo “no es porque el virus haya adquirido mutaciones que le hagan más virulento, es el mismo virus”, insiste Nistal. Un virus “que también está sujeto a mutaciones, como el resto, pero lo que está ocurriendo no se asocia a una mayor virulencia”. Recuerda que “todos nosotros hemos estado expuestos al VRS y hemos desarrollado inmunidad, pero si eres más pequeño y no has estado expuesto, el virus es más virulento”.
Explica el virólogo que muchos de los virus respiratorios que circulan habitualmente pertenecen a la misma familia que el VRS: son paramixovirus. Como el virus de las paperas y el virus del sarampión, que “darían también problemas si no hubiera vacunas frente a ellos”, recuerda el virólogo. Para el VRS no la hay, de momento.
La buena noticia, dentro de todo esto, es que, si la ola de bronquilitis está llegando al pico, podríamos empezar a ver una bajada de casos, como apuntaba Bassat. Algo que tendría sentido, además, teniendo en cuenta que este año la epidemia va un mes por delante de lo habitual. El VRS genera una epidemia anual que suele ir de noviembre a marzo, con un pico máximo a mediados de diciembre. Pero ¿si este año empezó antes, acabará antes?
“Confiamos en que sí, aunque este año es todo un poco extraño”, asegura Moreno, que es también miembro del área de Neumología Pediátrica de SEPAR. “Antes de la pandemia todo era muy predecible, pero en 2020 no hubo VRS, el año pasado tuvimos un pico en verano y luego un pico menor en noviembre, y este año llegó en octubre”, explica. “Ahora pensamos que estamos llegando al pico, las predicciones dicen eso, y sería también un mes antes. En este momento, estamos estabilizados en ese pico, con mucha presión todavía pero estabilizados”.
El epidemiólogo Daniel López Acuña no lo ve tan claro. Cree que nos queda mucho VRS por delante todavía. “Se ha adelantado con respecto a otras temporadas, pero no tiene por qué pensarse que ha acabado o que se ha alcanzado su pico. Todavía tendremos temperaturas más bajas y más actividades en interiores y más contagios”, advierte. Y pide aumentar el uso de la mascarilla para evitarlo.
Bassat también cree que “el frío juega un papel” en el contagio de los virus respiratorios, pero insiste: “Hay que fijarse en la curva epidemiológica, que suele ser de subida durante 3 o 4 semanas y luego ya baja. Independientemente del frío, creemos que esta ola ya debería empezar a bajar”.