El asesino de Cristina Cabo, un hombre colombiano que llevaba en España dos meses, ha admitido que la mató a cuchilladas. “Estaba muy drogado y se me fue de las manos”, ha dicho a los agentes. El arma, dice, la tiró a la basura. La autopsia ha revelado que su víctima sufrió una violencia extrema.
El detenido, que previsiblemente pasará hoy a disposición judicial, asegura que no sabía lo que hacía porque estaba drogado. “Se me fue de las manos”, ha confesado a los investigadores según informa La Voz de Galicia
Según su versión, le pidió un dinero que supuestamente ella le había prometido, pero luego se negó a dárselo; fue a la cocina, cogió un cuchillo y lo amenazó hasta echarlo de casa. Sin embargo, en un momento dado, el hombre consiguió arrebatárselo y la atacó.
El presunto asesino le asestó casi una veintena de puñaladas a la mujer, de 42 años, a la que había conocido esa noche en un bar. Cristina murió de una forma extremadamente violenta e intentó defenderse, según la autopsia.
Tras el crimen, el acusado se fue a su casa, donde llegó con la ropa manchada de sangre. En su vivienda la policía ha encontrado el ordenador de la víctima y varios objetos más. El arma del crimen lo tiró a un contenedor de basura pero los investigadores ya la han recuperado.
Los investigadores apuntan al móvil sexual, no al robo, debido a la extrema violencia que usó. El acusado, que llevaba solo dos meses en España con un visado de turista, ya fue identificado por un hurto a otra mujer.
Para detenerlo en Lugo, fue necesaria la intervención de cinco agentes, debido a su resistencia.