Un análisis de 14 máscaras de pestañas de color negro con efecto volumen realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela la presencia de sustancias no deseables y prohibidas en cosméticos como el níquel y el formaldehído, en concreto en tres de estos productos. Lamentablemente, su presencia en cosméticos se permite como trazas, tal y como se advierte en la revista OCU Salud de diciembre. También hay advertencias en redes sobre las pestañas postizas.
El níquel, una impureza que suele proceder de los pigmentos de origen vegetal de las máscaras y que puede inducir problemas de sensibilización y alergias, está presente en dos productos en cantidades excesivas a juico de OCU: Maxfactor Divine Lashes, en 8 ppm (partes por millón); y Deliplus Maxi Volumen, de Mercadona, en 6 ppm.
El formaldehído, por su parte, se ha detectado en la máscara Chanel Le Volume en una cantidad de 12 ppm, igualmente elevada. Y es que esta sustancia, que puede formarse cuando se combinan ciertos ingredientes (como los conservantes), puede inducir problemas de sensibilización en la piel y probablemente sea cancerígena. Los tres productos señalados, por precaución, no deberían usarse a diario y, en el caso de sufrir alergia o sensibilidad, deberían evitarse, advierte OCU.
Sorprendentemente, aunque el Reglamento de Cosméticos de la Unión Europea incluye estas sustancias (entre otras) como prohibidas, permite su presencia como trazas si no se han añadido de forma deliberada, si no hay medios técnicos para eliminarlas o si los mismos fabricantes no tienen indicios de que su producto ocasione daños. OCU considera que se trata de una normativa laxa que atiende los intereses de las empresas cosméticas por encima de la seguridad de los ciudadanos, por lo que ha solicitado la intervención de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para legislar al menos unas cantidades máximas.
OCU advierte además que la alegación “oftalmológicamente testado” que aparece en varias de las máscaras de pestañas analizadas, no garantiza mayor seguridad para el ojo que en el resto de estos productos. Y es que la legislación actual ya establece que tos los productos deben ser seguros para el uso previsto, para lo cual pasan una serie de pruebas específicas.
El análisis de OCU también advierte que justo la mitad de las 14 máscaras analizadas se venden sin precintar, lo que supone un riesgo añadido dado que se trata de un producto que se aplica cerca del ojo y cuya higiene conviene preservar al máximo.
Por último, desde un punto de vista medioambiental OCU critica el impacto negativo de estos productos. Primero, porque algunos usar un doble envase: el propio tubo de rímel y la caja exterior. Y segundo, por el mal diseño de algunos de ellos, donde se deja sin aprovechar hasta un 53% del contenido.