La asociación SOS Desaparecidos ha alertado estos días a través de las redes sociales sobre los cuatro casos de desaparición en España que son considerados de "alto riesgo" en estos momentos. Se trata de Mónica de la Llana García (desaparecida el 21 de julio en Tarragona), Esther Moro Espinel (desaparecida el 24 de septiembre en Vigo), Sandra Bermejo García (desaparecida el 8 de noviembre en Asturias) y Juana Fernández Moreno (desaparecida el 10 de noviembre en Murcia).
Según ha explicado este jueves a Informativos Telecinco el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, la asociación considera que "estas cuatro desapariciones pueden ser involuntarias". Las alertas siguen activas en todos los casos, se pide la colaboración ciudadana para difundir la búsqueda y tratar de hallar su paradero. Desde la organización piden que, en caso de poder aportar información relevante, lo comuniquen lo antes posible, ya sea a ellos o a las autoridades.
Estos son los carteles difundidos sobre las desapariciones de "alto riesgo" de estas cuatro mujeres:
La Policía Nacional investiga con urgencia el caso de Sandra Bermejo García, la psicóloga madrileña de 32 años que desapareció el pasado 8 de noviembre en Cabo de Peñas, en el concejo asturiano de Gozón, cerca de Gijón. En un primer momento se habló de que la joven se podía haber quitado la vida, pero su familia descartó por completo esta posibilidad y casi lo ha hecho con la de que sufriera un accidente. Su entorno asegura que era una persona "tremendamente deportista" y que conocía bien la zona.
"Es difícil pensar en un accidente, porque donde estaba no era una zona de peligro. Para nosotros cada vez tiene más sentido una desaparición involuntaria, es decir, una acción de un tercero", ha detallado en este medio Joaquín Amills, que ofrece apoyo al entorno de Sandra. El abogado de SOS desaparecidos, Juan Manuel Medina, se ha personado en nombre de la familia de la joven en la causa por su desaparición.
Desde el entorno de la joven han asegurado que dos pacientes anularon las consultas con la psicóloga en la tarde del día que desapareció. Por ello, Sandra habría decidido salir a pasear a uno de los lugares que solía frecuentar y no quedarse en casa. Sin embargo, no regresó a casa. En caso de que hubiera sufrido un accidente, apuntan, en absoluto habría sido voluntario. Los investigadores barajan la posibilidad de que se subiera a un coche que no fuera el suyo, por lo que han revisado las matrículas de los vehículos estacionados en el entorno de Cabo de Peñas. Su coche fue localizado en un punto cercano a la peña La Gaviera y en su interior encontraron una mochila con algunas pertenencias.
Por ahora no se ha realizado ninguna detención ni hay ningún sospechoso en concreto. Las autoridades han puesto en marcha durante los últimos días dispositivos de búsqueda en varios puntos del territorio, como Gijón y Avilés, pero también en zonas de la costa cantábrica. Los padres de Sandra están "destrozados", solo esperan encontrarla. La joven mide 1,63 metros, es de complexión delgada, tiene el pelo castaño y los ojos marrones, según la descripción de SOS Desaparecidos.
Los Mossos d'Esquadra siguen investigando la desaparición de Mónica de la Llana García, una mujer de Tarragona de 45 años de la que no hay noticias desde el pasado 21 de julio. Según los infornes, fue vista por última vez en el municipio de La Morera de Montsant, donde residía su pareja, a quien la familia apunta como principal sospechoso. Dicen que la maltrataba y que mantenían una relación inestable.
La policía catalana interrogó al hombre en cuestión, pero por ahora no han tomado medidas contra él. Según la versión que ofreció, en la mañana del 21 de julio, acompañó a Mónica hasta una estación de autobuses del municipio de Cornudella, a 15 minutos en coche, para que ella tomara un autocar con destino Reus. La mujer, apuntó el interrogado, le dijo que quería irse. La última llamada que realizó la desaparecida fue precisamente a este varón en la citada fecha, a las 07:50 horas y con una duración de tres minutos.
Los investigadores, sin embargo, localizaron al conductor del autocar que hizo la ruta del supuesto viaje de la mujer y no recordaba a ninguna persona con las características de Mónica. Además, la desaparecida había quedado al mediodía para comer con una amiga y tampoco se presentó. La familia se percató de que podía estar en problemas en agosto, ya que era una persona muy independiente y, alguna vez, solía tardar unos tres o cuatro días en dar señales. Su madre vio que había pasado demasiado tiempo sin responder y que no publicaba nada en redes sociales, cuando siempre ha sido bastante activa.
Desde el día que desapareció, aquel 21 de julio, nadie ha vuelto a saber de ella. Mónica no ha utilizado más su teléfono móvil, no ha utilizado las tarjetas de crédito y no ha ido a buscar las medicinas para el asma y el corazón que necesita por su salud en la farmacia. Tampoco estuvo presente en el cumpleaños de su hijo, ni llamó a su madre el día que la operaron. Su hermana cree que alguien la asesinado y ha ocultado su cuerpo. Tanto ella como el entorno están convencidos de que fue su pareja. "Es un caso muy inquietante y muy alarmante", sentencia Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos. La asociación ofrece una descripción: la mujer mide 1,70 metros, es de complexión delgada, tiene el pelo moreno y rapado por los dos lados, ojos verdes/castaños y una cicatriz en el labio. Piden difusión para su búsqueda.
La Policía Nacional mantiene abierta la investigación por la desaparición de Esther Moro Espinel, una mujer de Vigo de 70 años que fue vista por última vez el pasado 24 de septiembre, cuando salió de su casa, en el barrio de Teis, para comprar pan. Este jueves se cumplen dos meses de su desaparición y desde SOS Desaparecidos solicitan la colaboración ciudadana para encontrarla.
La vecina de Vigo necesita su medicación, según apuntaron desde su entorno, por lo que la comisaría local lo consideró un caso de riesgo. Desde SOS Desaparecidos manejan la posibilidad de que sea una desaparición "involuntaria". Las diligencias de las autoridades, así como el dispositivo que se puso en marcha hace unas semanas, por ahora no han dado resultados sobre el paradero de Esther.
Numerosos vecinos, amigos y familiares de la mujer han realizado batidas para tratar de localizarla, aunque sin éxito. Sus seres queridos temen que la haya podido ocurrir algo, están devastados por la situación que viven en la actualidad.
Según la descripción facilitada por la asociación de desaparecidos, Esther mide entre 1,50 y 1,55 metros, es de complexión delgada, tiene el pelo negro y los ojos castaños. El último día que fue vista vestía un pantalón corto azul y una camisa blanca. Las autoridades gallegas siguen tratando de esclarecer los hechos.
El caso de Juana Fernández Moreno, una mujer de 34 años que fue vista por última vez el pasado 10 de noviembre en el municipio de Molina de Segura, en la Región de Murcia, es otra de las desapariciones que la asociación SOS Desaparecidos considera de "alto riesgo".
La Policía recopila información sobre el caso de esta vecina de la comarca natural de la Vega Media del Segura. Desde SOS Desaparecidos solicitan la colaboración ciudadana para difundir la búsqueda y tratar de localizar a la joven desaparecida.
Por ahora se desconocen las hipótesis que se barajan en este caso, pero la valoración ofrecida por SOS Desaparecidos no descarta que pudiera tratarse de otra desaparición "involuntaria". En estos momentos no se pueden aportar más datos.
Según la descripción publicada en redes sociales, Juana es de complexión gruesa, tiene el pelo moreno con un mechón rubio y los ojos marrones. Desde SOS Desaparecidos, tanto para este caso como para el resto, agradecen todo el apoyo y difusión. Los dos números de teléfono disponibles para contactar con la asociación son los siguientes: 642 650 775 y 649 952 957. También se puede contactar con los cuerpos de seguridad a través del 091, 112 o 062.