Jaime Brea, maestro del colegio Niño Jesús Ikastetxea de Vitoria lleva más de una década trabajando en educación especial. Toda esa experiencia le ha valido para crear unas particulares pulseras que permiten una forma nueva de comunicarse con ellos. Está funcionando tan bien que ya se plantean llevarlas más allá del colegio. "Les encantan sus pulseras. Son de vivos colores y llenas de dibujos, pero para los niños con necesidades educativas especiales son algo más que un mero adorno". Julen lleva en su muñeca una que le ayuda a recordar qué tarea es la siguiente . "Para los niños con necesidades educativas especiales como altas capacidades, parálisis cerebral, niños con síndrome de down o autismo estas pulseras personalizadas según sus necesidades son toda una ayuda", comenta Jaime Brea a Informativos Telecinco.
Sofía utiliza principalmente la comunicación no verbal y no siempre puede expresar lo que siente o quiere. La pulsera le ayuda hacerlo. Saioa Alsasua, profesora colegio Niño Jesús relata que llevan desde hace tiempo con esta iniciativa en este colegio de Vitoria en el que el 12 por ciento de los alumnos necesita ayuda. Y ya se plantean sacar estas pulseras fuera de las aulas. "Ahora nos señalan si quieren ir al barrio, por ejemplo, o lo que necesita mostrando el dibujo de las pulseras", confiesa.
Todo empezó cuando Jaime Brea se dio cuenta de que algunos niños necesitaban un recurso de comunicación extra que echase una mano en aquellos momentos en los que la relación con otros compañeros y con los profesores acaba en lloros, gritos e incluso agresiones. Y también para fomentar su autonomía.
Las pulseras comunicativas están fabricadas en material plástico y presentan una serie de agujeros en toda su longitud, en los que se encajan diferentes pines con pictogramas de objetos, acciones, asignaturas... que se pueden personalizar según las necesidades de la persona que las lleva. Los pictogramas utilizados se pueden ver en la web de Arasaac (Centro Aragonés para la Comunicación Aumentativa y Alternativa). Con ellas los niños expresan lo que sienten en cada momento y pueden saber administrar sus tareas como si tuvieran su propia agenda.
Las pulseras comunicativas son una solución sencilla, económica, práctica y de fácil utilización. Además, se trata de un dispositivo atractivo para los alumnos (que incluso pueden dibujar sus propios pictogramas, lo que hace que las cuiden más) y son completamente seguras, ya que su material es blando y agradable al tacto. Se pueden usar en cualquier lugar, ya sea para indicar rutinas diarias (como vestirse o lavarse los dientes), necesidades (beber agua, ir al servicio), transmitir emociones (dolor, tristeza...) o pasos para realizar una tarea (por ejemplo, una receta de cocina).