Pasamos un día en dos barrios de Madrid en los que los vecinos han creado plataformas, asociaciones, movimientos de lucha contra la droga. Villaverde, en la zona sur de Madrid, y Lavapiés, en pleno centro. Y lo que vemos, preocupa. 

En Villaverde han logrado localizar ya una docena de 'narcopisos'. Son viviendas en las que se vende y se consume droga.

Subimos a uno de ellos y llamamos a la puerta. Nos abre Ana, no esconde su rostro ni su actividad. Entiende el descontento de los vecinos, las molestias. Admite que en su casa se consume la droga y que le pagan por ello pero asegura que no la vende.

Es la dueña del piso y justifica la actividad porque ella misma está enganchada, tiene dos hijos y aunque se dedica a la prostitución en el polígono cercano, "el dinero que saco no es suficiente, no me da". La mujer cierra la puerta llorosa y los vecinos la compadecen pero están hartos de que los narcopisos degraden su día a día.

Además, Pedro Romero, creador de la Plataforma contra la Droga, asegura que hay una red de narcotraficantes que controla estos pisos y distribuye la droga, en pequeñas cantidades cada día para que la Policía, si entra en algún 'narcopiso', apenas encuentre sustancias estupefacientes.

Cuando el 'narcopiso' tiene un dueño conocido que es quien lo gestiona es mucho más complicado acabar con la actividad. Si logran detenerlos, suelen quedar muy rápido en libertad, regresan y siguen vendiendo. La única solución es precintar el piso pero es necesaria una orden cautelar del juez.

Nos lo explica Mario Casano, abogado de ARAG. El boom de los 'narcopisos' y sus secuelas es tal que hasta seguros de defensa jurídica como ARAG tienen una página en su web dedicada a ofrecer información a los vecinos afectados por los 'narcopisos'.

Casano explica cuál ha sido la causa de este aumento en los últimos años: "Coincide con el desmantelamiento de poblados chabolistas como La Celsa o Cañada Real, y naturalmente los criminales han tenido que buscar otro método para vender la droga".

Álvaro Escudero, penalista, añade que el instrumento para luchar contra estos 'narcopisos' sería "una denuncia por tráfico de drogas. El problema es que es muy difícil y costoso demostrar que en ese piso se está cometiendo un delito de narcotráfico".  

Un problema que también sufren en pleno centro, en Lavapiés, a un kilómetro de la Puerta del Sol. Pero allí el tráfico de drogas se hace sin disimulo, en plena calle, a cualquier hora del día o de la noche. Eso ha derivado en peleas, robos y un miedo del que hablan todos los vecinos, que sienten el abandono institucional de todas las administraciones.

La Plataforma de vecinos de Lavapiés nos explica su día a día, sin mostrar su rostro por miedo a represalias: "Aquí se vende droga todos los días del año, en todas las calles y en todas las plazas. Antes era marihuana, ahora son toxicómanos".

Lo comprobamos desde el balcón de su casa, un edificio que ha albergado dos 'narcopisos' que la lucha de los vecinos ha logrado desmantelar. Lleva años luchando contra el abandono institucional de las administraciones, pero no se marcha: "Este es mi barrio".