Rocío Caíz, una menor de Estepa, fue estrangulada y descuartizada en junio de 2021. Su exnovio confesó el crimen. Metió su cuerpo en bolsas. Ahora va a ser juzgado en Sevilla, el fiscal pide para él 14 años de prisión por un delito de homicidio. La acusación particular quiere la pena permanente revisable.
En un momento en el que la polémica por la rebaja de las penas a los agresores de mujeres por la Ley del solo si es si, la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla pide para Andrián, autor confeso de la muerte de su novia de 17 años 14 años de prisión.
Considera el delito como un homicidio a pesar de que Rocío Caíz, que tenía 17 años, fue estrangulada y su cuerpo descuartizado y metido en bolsas, que se tiraron en distintos puntos de la localidad de Estepa.
Sin embargo, las acusaciones particulares, que ejercen los padres de la víctima y otro letrado que representa al bebé de Rocío, que quedó huérfano con cuatro meses, piden prisión permanente revisable por los delitos de asesinato, agresión sexual y maltrato habitual.
Rocío y Adrián habían roto su relación la primavera de 2021 y ella había vuelto a vivir a casa de sus padres en Martín de la Jara. Un día volvió a la casa familiar de Estepa para acordar con Adrián la pensión de alimentos del bebé de cuatro meses. El taxista que la dejó en la puerta fue la última persona que la vio con vida.
Ya en la vivienda discutieron, supuestamente porque Rocío no quería volver con él. En el auto de apertura oral, el juez describe, según informa el diario ABC, que “sorpresivamente rodeó el cuello de Rocío con dicho cordón sin que pudiera defenderse y con ánimo de acabar con su vida, hizo presión constante en el cuello hasta que la joven se desvaneció, causando la muerte por estrangulación”.
Horas después, desde los perfiles en redes sociales de Rocío se comunicaron con la familia y amigos de la chica para decir que se iba a Badajoz con un chico. Adrián llamó a los padres de la víctima para decirles lo mismo. No se lo creyeron. La familia denunció su desaparición.
Cuando la Guardia Civil empezó a investigar sospechó de Adrián, quien días después, bajo la presión de los investigadores confesó el crimen. Había, presuntamente, descuartizado el cadáver de su exnovia con dos cuchillos, lo había metido en bolsas de basura que tuvo congeladas en su casa durante días hasta que se deshizo de ellas por Estepa.
Los agentes las recuperaron todas.