El encierro de la localidad alavesa de Laguardia durante las fiestas de Acción de Gracias dejó una gran anécdota. Una vaquilla rezagada , de un salto, se coló por la ventana de una panadería. A la dueña le faltó tiempo para salir corriendo y cerrar bien la puerta. Mientras el animal campaba a sus anchas por el local, los mozos intentaban hacerla salir. Hoy, en aquel establecimiento, no se habla de otra cosa.
Los vecinos de Laguardia intentan buscar explicación a que una vaquilla, en mitad de un encierro, se meta donde no la llaman. "Tendría hambre y olería", comenta un hombre. Algunos también apuntan a que el animal quizá intentaba esconderse: "Están mareadas y se meten a cualquier sitio a refugiarse un poco".
Mari José Torres, dueña de la Panadería Torres, el local afectado, lo tiene claro. "No me extraña que entre. Es que lo que tengo en el escaparate es muy apetitoso", señala la mujer, que asegura que la vaquilla era "muy lista". Ella lo recuerda ahora con humor, aunque se asustó por el "estruendo enorme" que provocó la entrada del animal al establecimiento.
La propietaria salió a la carrera, no sin antes cerrar con llave. "Cierro para que no me siga, porque yo no sé si ella ya había salido o no", agrega en este sentido. En apenas un minuto, la vaquilla "tiró todas las pastas, las pisó, todo lleno de cristales...".
Los mozos intentaron sacar a la vaquilla de su encierro hasta que lo consiguieron. "Me parecía imposible", precisa una vecina sobre el incidente. Hoy es un "no parar de hablar y enseñar vídeos", de preguntar "qué tal estás". Mientras siguen comentando lo sucedido, en el escaparate de la panadería ya luce un aviso por si intentan repetir la jugada. "Prohibido vacas. Y los demas, por favor, entren por la puerta".