El estudio que sirve como referencia de la evolución de las emisiones de CO2 en el planeta muestra el fracaso sostenido de la humanidad en estas décadas en reducir las emisiones contaminantes. Han seguido aumentando, la pandemia de la covid-19 sólo fue un breve frenazo, y ahora se vuelven a incrementar. Haría falta un efecto como el de treinta pandemias en los próximos treinta años para evitar que se rompa la gran promesa de París en 2015 de no sobrepasar un calentamiento global de 1,5 grados centígrados para fin de siglo.
El Global Carbon Project 2022, publicado este viernes en la revista Earth System Science Data, refleja que no hay nada que haga apuntar a una pronto reducción de las emisiones. Ante esta situación, calcula que al paso actual ese límite de 1,5 grados se superará en nueve años. La probabilidad es del 50%. Como tirar una moneda al aire. Y de ello dependen millones de vidas. Cada mínima subida en esa temperatura global media supone grandes dificultades para que los humanos nos adaptemos al cambio climático y, según en qué región del planeta vivamos, puede marcar la diferencia de hacer esa adaptación imposible.
No es una advertencia más. Este estudio lo firman 106 científicos de todo el mundo y reconocimos entre los principales expertos en esta materia. La lectura más global del informe muestra que las emisiones de gases con efecto invernadero se vienen incrementando desde hace décadas, con la única excepción de la pandemia. El esfuerzo en ampliar las fuentes renovables de energía es notable, pero no está a la altura de las promesas realizadas.
"Apenas se aprecian los efectos de las medidas y estrategias de los distintos países para limitar las emisiones", comenta a SMC España el investigador del CSIC Fernando Valladares, que considera "cada vez más inalcanzable el objetivo de no rebasar 1,5 grados centígrados de calentamiento respecto a la era preindustrial". Eso significa que el cambio climático "va a alcanzar en una sola década una etapa muy destructiva", avisa Vanesa Castán Broto, experta del IPCC, el panel de la ONU sobre el clima.
Evitar ese escenario requeriría algo que se antoja improbable. El meteorólogo de la AEMET Ernesto Rodríguez Camino explica que haría falta reducir 1,4 millones de toneladas de CO2 al año hasta 2050. "Esta reducción sería equivalente a la reducción que hubo en 2020 como consecuencia de las medidas adoptadas para combatir la covid-19, pero mantenida todos los años desde ahora hasta el año 2050", comenta también a SMC España.
El problema es que la reducción de la pandemia fue un hecho aislado. Ya se emiten 40,6 gigatoneladas de CO2 en lo que llevamos de año. Y estas sustancias se acumulan en la atmósfera y tardan décadas en eliminarse. Como explicaba Pedro Zorrilla, de Greenpeace, a NIUS, "es como un globo que vas hinchando, incrementas la presión, no sabes cuándo va explotar, y después se deshincha muy lentamente".
De nuevo, China figura a la cabeza de los países más contaminantes, aunque la distorsión económica que supone la aplicación de la estrategia de covid cero, aún vigente y que fuerza restricciones y confinamientos de grandes centros de producción, están conteniendo la quema de combustibles fósiles. Un fenómeno similar se aprecia en Europa, aunque en este caso por la guerra de Ucrania y la crisis energética que afecta al suministro de gas natural.
Rodríguez Camino ve en estos datos una nota positiva "porque demuestran que es posible avanzar en la trayectoria hasta cero-carbono en regiones como China y la Unión Europea. La Agencia Internacional de Energía también ha publicado recientemente el informe 2022 World Energy Outlook, que explica que las energías renovables siguen al alza".
Sin embargo, otros grandes contaminantes como Estados Unidos e India siguen incrementando las emisiones originadas por el uso de las energías fósiles. El balance global, según el informe, es que las emisiones de CO2 mundiales se siguen incrementando a un ritmo del 1%.
La quema de combustibles fósiles, sobre todo del petróleo es la principal fuente de contaminación, pero no la única. Representa el 90% de las emisiones. El otro 10% tiene su origen en la deforestación y otros cambios en los usos del suelo causados por el ser humano.
"Los cambios en el uso de la tierra son muy dramáticos y hay tres países, Congo, pero sobre todo Brasil e Indonesia, cuya deforestación explica el 50 % de las emisiones debidas a esta fuente", destaca Valladares.
"Las emisiones combinadas de la quema de combustibles fósiles y cambio de uso de suelo, si bien no disminuyen como debieran, permanecen aproximadamente constantes desde 2015, lo que constituye una noticia moderadamente esperanzadora", valora Rodríguez Camino.