Último adiós a Olivia, la niña de seis años hallada muerta en la cama de un piso de Gijón junto a su madre, ahora detenida. La localidad de Torrecaballeros (Segovia) se ha volcado el martes en el funeral y posterior entierro. Lo ocurrido ha causado una honda conmoción tanto en este municipio de 1.400 habitantes como en Segovia, donde se han concentrado medio millar de personas en señal de repulsa.
El funeral ha tenido lugar a las 16:30 horas en la iglesia San Nicolás de Bari, que se encontraba abarrotada de vecinos de la localidad, mientras que muchos otros han tenido que quedarse en la calle debido a la elevada asistencia. El párroco Juan Agudo ha sido el encargado de oficiar la homilía, concelebrada por otros tres sacerdotes claretianos, y en ella ha dicho que el recuerdo de la pequeña, conocida cariñosamente como 'La pirata', pervivirá para siempre.
En los primeros bancos se ha situado el padre de la niña, Eugenio García Martínez, junto a los abuelos paternos, María del Carmen y Eugenio, la tía, Inma, así como otros familiares arropados por numerosos vecinos de la localidad donde Olivia solía pasar temporadas. Tras el funeral, familiares y acompañantes han seguido al vehículo fúnebre y han realizado el recorrido a pie hasta el cementerio, unos dos kilómetros, y allí se ha rezado un responso y se ha dado sepultura a los restos mortales de la niña. Sobre el féretro se han colocado muñecos de peluche y otros objetos personales de Olivia, además de numerosas coronas y ramos de flores.
Por otro lado, en la Plaza Mayor de Segovia, convocados por la Asociación de Custodia Compartida de Segovia, se han congregado 500 personas con la pancarta "Olivia, siempre en nuestro recuerdo". Tras guardar cinco minutos de silencio, las personas presentes han colocado velas junto al nombre de Olivia dibujado en el suelo con velas blancas.
Entre los asistentes, estaba Eugenio García, quien el martes a mediodía también ha sido arropado por la localidad segoviana de Torrecaballeros. Aquí, ha señalado que la situación "le abruma" y que la verdadera protagonista "de todo esto" es Olivia, quien "se ha mudado a otro sitio". Asimismo, el padre ha recordado que llevaba cinco años luchando "incansablemente" por la custodia que consiguió el viernes, cuando pudo "prometer por fin" a la niña que "volvía a casa". A su vez, ha señalado que a él le tocaba todo el puente estar con Olivia pero que con la sentencia se invirtieron los papeles y le tocaba a la madre. Por ello, llevó a la niña a Gijón el sábado por la mañana, la última vez que la vio.
Para finalizar, ha subrayado que le gustaría que le guardasen en una vitrina en un museo, como si fuera "algo del pasado", con una placa en la que se pudiera leer que es "el ultimo padre que enterró a su hija por un sin sentido".
Todos sus familiares han apoyado también la concentración de por la mañana, donde han mostrado muestras de cariño a los familiares de la pequeña, además de una palpable consternación por el suceso.
Allí, el pueblo de los abuelos y el padre de Olivia, ha guardado cinco minutos de respetuoso silencio en un acto celebrado en la Plaza Mayor que ha acabado con un aplauso en memoria de la pequeña. Los vecinos de Torrecaballeros, entre los que se encontraba el alcalde, Rubén García, han portado algunas fotos de la niña y han acompañado a los amigos y a los familiares de la niña.
Además de su padre, han acudido una prima, una tía de la menor y la pareja del progenitor que ha rememorado el "poquito tiempo" que ha podido pasar con su hija y a la que ha recordado como "una disfrutona nata". "La pirata que enredaba por todos los lados", ha dicho su padre.
Por su parte, la madre continúa en esa comisaría de Gijón a la espera de pasar a disposición judicial. Parece que la Policía quiere agotar las 72 horas antes de que declare antes del juez. Mantiene su versión de que mató a Olivia con tranquilizantes.