Uno de cada cuatro alumnos, más del 24%, percibió el curso pasado el acoso escolar en su clase, una cifra por encima de la del año anterior, cuando lo detectaba el 15,2% de los estudiantes. Esta percepción, no obstante, sigue por debajo de la de 2019, el año académico anterior a la pandemia, que se situaba 34,1 por ciento. Los hay que no lo superan y deciden quitarse la vida.
El acoso escolar o bullying puede tomar muchas formas, pero el impacto psicológico y emocional que provoca puede durar toda una vida. Sus efectos a largo plazo dependen de la edad a la que tuviera lugar, la duración, las modalidades de abuso, el apoyo recibido en aquel momento y, por supuesto, las características psicológicas de la persona que lo sufriera.
El impacto del bullying en la edad adulta puede provocar desde depresión hasta enfermedades. Sí, porque el cáncer y la diabetes están vinculadas al bullying, cierto que más por los malos hábitos de las personas que lo sufrieron -alcohol y mala alimentación- que provoca obesidad. No es solo eso lo que provoca el acoso escolar y el bullying.
El bullying supone un ataque frontal a nuestro cuerpo, a la forma de hablar, o de moverse, a la manera de vestir. Da igual. El impacto a la autoestima de un niño o niña a esas edades, sin recursos propios y con miedo a contar su realidad, marca. Esa persona tendrá problemas en el futuro de confianza en si mismo, pero también en los demás. ¿Cómo confiar en la gente si cuando más la necesitabas te dieron la espalda, de señalaron y humillaron?
Si la autoestima falla, la idea que tenemos de nosotros mismos y nuestra confianza no es la ideal. Si durante nuestra infancia o adolescencia el resto nos ha una total falta de empatía, la realidad es que hay muchas personas que tras sufrir bullying pueden mantener una sumisión y miedo permanente ante los demás. Eso o convertirse en seres agresivos y autoritarios.
El acoso escolar somete a sus víctimas a sufrir estrés de manera constante y muchas veces lo viven en soledad, por vergüenza. ¿Qué me encontraré hoy al llegar a clase? ¿Me pongo esta ropa o me dirán algo? ¿Si pregunto una duda empezarán a reírse? ¿Qué me harán hoy? Muchos son los que tienen pavor a pisar la escuela, o que se quitan la vida para no hacerlo más. La incertidumbre se combina con el miedo. Lo normal es superarlo en la edad adulta, pero hay adultos que pueden tener restos de estrés postraumático
La autoestima de las víctimas del bullying infantil es baja . Se sienten normalmente inferiores a los demás o poco válidos. De adultos pueden tender a evitar el conflicto e incapacidad para poner límites.
Los adultos víctimas del bullying infantil pueden provocarse “autobullying”. Su forma de dirigirse hacia ellos mismos conlleva palabras negativas y pensamientos autodestructivos.