Declara el interventor que llamó al maquinista justo antes del accidente del Alvia: "Yo esa curva ni sabía que existía"

El extenso juicio por el accidente del tren Alvia destino Santiago de Compostela comenzó el pasado cuatro de octubre, con una duración de nueve meses. Durante este tiempo, declararán cientos de testigos e involucrados. En la sesión de hoy ha sido el turno de Antonio Martín Marugán, el interventor del tren, quien realizó la llamada que supuestamente despistó al conductor produciendo el fatal accidente. En su intervención ha contado que en el momento en que llamó al maquinista y acusado, Francisco José Garzón Amo, no sabía si estaban en una recta o pasando por una curva, "yo esa curva ni sabía que existía" , ha afirmado.

"Yo en ese momento no sabía a ciencia cierta en qué punto kilométrico estaba", ha dicho al fiscal Mario Piñeiro, y consultado por el motivo que le llevó a telefonear para facilitar la bajada de una familia en Pontedeume (A Coruña) por el andén más cercano a la estación cuando esto iba a suceder más de una hora después, ha contestado este revisor jubilado que en Compostela tenía otras "gestiones que realizar" y en ese momento no estaba con ninguna.

Marugán ha dejado caer que la llamada no es el principal culpable del fatal accidente

En todo caso, ha dejado caer que si las consecuencias las "previese" Renfe, esa "fatal coincidencia" no se habría producido. Además, Martín Marugán también ha respondido a la supuesta negación de la llamada tras el accidente: "No negué, no lo dije". Anotación que con posterioridad ha ampliado en su comparecencia como testigo: "Fue cuando me lo dijeron (una sobrina) cuando mi mente recordó".

También ha arremetido contra Renfe, alegando que la empresa ferroviaria no da las instrucciones necesarias para realizar estas llamas, siempre que fuese un acto de servicio. Así ha remarcado que en caso de ser conocedor de la situación, él no habría procedido de tal modo. "Era el más interesado, porque iba en el tren". Si el conductor le contestó, ha especificado, fue porque "no se vio presionado en ese momento de ningún peligro". Pese a ello, ha afirmado Martín Marugán que podría haberle telefoneado Garzón Amo a continuación y no en ese instante, porque hay un registro, así que quedaría constancia de la llamada.

Acerca de la duración de ese diálogo, de 100 segundos, ha afirmado que no fue un "telegrama", porque le explicó a Garzón lo que había, si era posible facilitarles la bajada, y la respuesta que obtuvo fue que sí. Ha añadido Marugán que podría haber hecho tal gestión con el centro de mando, pero también con el chófer, sería posible con ambos, así que decidió dirigirse a este último directamente. En cambio, para Andrés Cortabitarte, jefe de seguridad en la circulación de Adif en el momento del accidente, esta llamada supone uno de los punto claves para el incidente, ya que debido al despiste, no se accionó el freno de emergencia con la suficiente antelación. Además, el excargo de Adif ha tildado de "impensable" e "ilegal" el hecho de haber atendido esa comunicación durante su declaración ante el juez.

Martín Marugán niega haber sido presionado por la cúpula de Adif para negar la existencia de la llamada

Martín Marugán se ha esforzado en hacer ver que en ningún momento rechazó la existencia de esta llamada: "No tuve ninguna instrucción por parte de nadie, ni interés, ni di o no di, ni niega o no niega. No lo tuve por parte de nadie". Negando las acusaciones que realizan desde la plataforma por las víctimas del Alvia 04155, los cuales a parte de denunciar un encubrimiento por parte de la cúpula de Adif, también piden que Ana Pastor, exministra de Fomento, se siente en el banquillo "por sus mentiras y maniobras de ocultación". De su falta de memoria tras el accidente, ha dudado que si no se lo hubiesen dicho, hubiese rememorado por sí mismo tal hecho: "Igual si no me lo dicen, igual después me venía un flash".

En su testimonio, Marugán, agente de acompañamiento en activo en esa etapa, ha corroborado que escuchó el aviso de megafonía de que el convoy estaba llegando a Compostela, pero en ese viaje "como cualquier otro", sin nada "anormal", no fue consciente de la velocidad inadecuada ni de que iban a pasar por A Grandeira. "Yo esa curva ni sabía que existía. Hasta el momento de lo que ocurrió no sabía ni que existía", ha relatado. Antes, en su misión de controlar la marcha, ha ahondado en que no había nada raro y ha precisado que iba atento, no "durmiendo" ni distraído con el móvil.

Este trabajador ha manifestado que, tras el descarrilamiento, se bajó del tren por sus propios medios y que la visión era "esperpéntica". No obstante, ha matizado que tuvo una sensación de "absoluto silencio", cuando no era así. "No sé si será la mente que se autoprotege o qué. Cuando salí ya vi los coches caídos y pensé que el accidente tenía que ser muy grave. Afortunadamente no perdí el conocimiento".