Joana Cabrera, médica transgénero: "Ahora hay más consultas de niños trans que antes porque hay más derechos"

La doctora Joana Cabrera Bergel es médico especialista en medicina familiar y comunitaria y la primera persona trans que se colegió como género no binario. Cabrera analiza la situación de las personas trans en España desde su mirada como médico y con un punto de vista humanista en el que tiene claro que hay que cambiar el modelo de acompañamiento de las personas trans en el sistema sanitario.

Cabrera se moja en los temas más polémicos de la Ley Trans, que divide a los socios de Gobierno (PSOE y Unidas Podemos). Por ejemplo, en la autodeterminación de género. Este concepto hace referencia al derecho de las personas trans a cambiar el nombre y el sexo en el documento nacional de identidad (DNI) sin necesidad de aportar informes médicos ni recibir tratamientos hormonales o someterse a ninguna operación quirúrgica. La ley anterior, aprobada en 2007, exigía que la persona que quisiera cambiar su sexo en el registro estuviera diagnosticada por un profesional médico con disforia de género, un trastorno de identidad que sucede cuando una persona no se identifica con su sexo biológico.

Pregunta. ¿Qué pasa con la Ley Trans, por qué no termina de avanzar?

Respuesta. Esta ley que ahora se ha parado es urgente y necesaria. No podemos legislar los derechos de una parte de la población, en una sociedad democrática, a base de leyes autonómicas y confiando en las competencias trasferidas de las autonomías. Así pasa, que hay personas trans que viven en una comunidad autónoma que ven reconocidos todos sus derechos y los servicios que necesitan, y en otras comunidades las personas trans son ciudadanos de tercera categoría. Es urgente legislar a nivel estatal los derechos de las personas trans.

P. Uno de los puntos más controvertidos de la ley es la autodeterminación de género, ¿qué opina?

R. El problema es que no nombramos a las cosas por su nombre. Es aberrante que el sexo se quiera equiparar al género. El sexo es la condición biológica que se nos asigna cuando nacemos en función de nuestros genitales. Son las características sexuales de una persona, las que definen las posibilidades reproductivas que tiene. El género es la autopercepción de pertenencia a un grupo en una sociedad. Por lo tanto, el sexo no define el género, porque entonces, una persona a la que le extirpan las mamas por un problema médico, ¿deja de ser una mujer?, no tiene sentido. No definir bien las cosas o acotarlas, hace mucho daño en el discurso. 

P. ¿Qué pasa con los menores, otro de los puntos de los que más se está hablando?

R. Creo que se está poniendo como excusa a los menores trans para tapar otros problemas más profundos como el miedo a cualquier cambio de progreso en esta sociedad. No podemos pensar que los jóvenes trans tienen todos, los mismos problemas, no es así. Los menores trans son diversos, pueden ser buenos o malos, pueden estudiar o no, delinquir o sacar matrícula. Ser trans es una parte más de tú vida, pero no es el eje de tu vida. Es el eje de tu vida, cuando tienes que luchar una y otra vez para que tus derechos sean reconocidos. El problema es la transfobia que sigue existiendo a día de hoy. 

P. Hay psiquiatras reconocidos que hablan de "un estallido de pseudocasos de quienes ven una solución en ser trans". A usted, ¿qué le parece?

R. Yo veo a muchísimos adolescentes trans y les acompaño en su proceso y no es así. Estamos teniendo un problema a nivel social con lo que hemos hecho con la adolescencia en la pandemia. Y ponerlo en el foco trans es un tremendo error. Creo que en la pandemia los adolescentes han sufrido muchísimo. Se han llevado parte de la culpa, les hemos culpado, les hemos encerrado en casa en un momento en el que su cuerpo cambia, la cabeza va a mil y tienen un momento de disrupción con la familia. La salud de los adolescentes en general está muy dañada, no solo la de los trans. Si miramos, han aumenta los intentos de suicidios, los ingresos en psiquiatría, la adicción al móvil y, todos están sufriendo. ¿Qué los trans están sufriendo?, también.

P. No es fácil ser trans

R. Es muy importante decir que los trans tienen un problema añadido y en medio de este problema de salud mental de los jóvenes, ser trans no es fácil. Tienen unas comorbilidades añadidas además de la pandemia. Por eso, a estas personas que sufren quizá no estén el momento de tomar decisiones de forma tan rápida, pero para eso estamos los servicios holísticos sanitarios. Para ver cuáles son los problemas reales. Hay que trabajar estos síntomas y además, el acompañamiento trans. En medicina no se hacen locuras. Muchos quieren incendiar, igual que ha pasado en otros cambios sociales.

P. Insisten en que ahora hay más menores trans que antes...

R. Evidentemente hay un cambio en la incidencia de personas trans. Si hay más derechos, se accede antes a las cosas. Tengo pacientes que se han pasado 40 o 50 años planteándose salir del armario. Ahora hay más visibilidad y los derechos sociales están más protegidos por lo tanto más gente que se atreve a decirlo. La incidencia es una forma de pedir socialmente algo que dependerá de cuánto permitas que ese algo se exprese. En los años 70, la incidencia era mucho menor que ahora, pero es que, si te encarcelan, quizá no quieras decirlo.

P. ¿Cómo es el sistema sanitario de Salud canario en el acompañamiento trans frente al resto de España?

R. En España hay una barrera sanitaria para las personas trans. Por eso, ahora mismo hay dos comunidades autónomas Cataluña y Canarias que han apostado por un modelo transpositivo de acompañamiento de la salud, en el que dejamos de plantearnos que a nivel de salud todas las personas trans necesitan lo mismo y empezamos a escucharlas. ¿Qué necesitas tú en tu tránsito? Hay veces que necesitan un tratamiento hormonal, pero otras no. Hay veces que demandan cirugía y otras no. Otras demandan tratamiento psicológico por la transfobia y otras necesitan acompañamiento familiar. Este protocolo contempla la atención a las personas trans en cualquier etapa de su vida, haciendo una especial mención a la realidad de la infancia y adolescencia trans. 

P. ¿Qué habéis notado en los dos años que lleváis con este protocolo?

R. Este modelo de salud transpositiva no es, como muchos dicen, una máquina expendedora de hormonas, ni tampoco mutilamos pechos, ni nada de eso. Solo trabajamos con un pensamiento holístico a nivel de atención primaria en el que vemos a la persona como un todo porque una persona trans también es su familia, su comunidad, su futuro. En estos dos años hemos ayudado al tránsito a muchas personas y no hemos encontrado al monstruo que gira a nuestro alrededor de, ¿y si te arrepientes? Para nada. Claro que hay personas que se equivocan en la vida, pero no solo las trans. Cuántas personas se han hecho la cirugía estética y no se le piden dos años de tratamiento psicológico o psiquiátrico. Y hay personas que se arrepienten de haberse puesto pecho o labios y no hay ningún drama en la sociedad. Lo hay con las personas trans porque incomodan al sistema patriarcal en el que vivimos.

P. ¿Cómo ha sido tu tránsito, como médico y como trans?

R. Llevo toda la vida defendiendo que la medicina está para apoyar los acompañamientos vitales de las personas y la importancia de que los especialistas de la salud mental deben estar ahí, porque la transfobia existe y las personas trans tienen muchas comorbilidades sociopsiquiátricas por esa transfobia. Yo lo he vivido y sé lo que es. Yo he tenido suerte. No he tenido que mentir a nadie para hacer mi tránsito, ¿con el privilegio de ser médico?, sí. Y eso me hace preguntarme porque solo acceden a esto algunas personas privilegiadas. No es justo. Por eso he luchado para que, en Canarias, donde vivo, la gente trans pudiera tener derecho a estar en una consulta y tener un acompañamiento trans sin tener que mentir. Si seguimos promoviendo modelos de acompañamiento donde hay que seguir unos estándares dependiendo de quién los haya hecho, si nos centramos solo en eso, la gente seguirá mintiendo para llegar ahí.

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