Los consumidores de Estados Unidos contarán breve con una nueva etiqueta que les ayude a identificar los alimentos que son saludables frente a otros que no cumplen con la normativa. La iniciativa ha surgido de la Agencia Norteamericana del Medicamento y los Alimentos, (FDA, por sus siglas en inglés), y busca una nueva definición que permita a los ciudadanos a encontrar patrones dietéticos saludables y a mejorar su estado de salud huyendo de alimentos con alto contenido en azúcares añadidos, sal y grasas saturadas.
Según este organismo, los fabricantes de alimentos que quieran incluir en los envases de sus productos la etiqueta de "saludable" deberían cumplir con los siguientes requisitos:
Contener una cierta cantidad significativa de alimentos de al menos uno de los grupos o subgrupos de alimentos (p. ej., frutas, verduras, lácteos, etc.) recomendados por las Pautas Alimentarias.
Cumplir con los límites específicos para ciertos nutrientes, como grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos. El valor de los límites se basa en un porcentaje del valor diario necesario (DV, por sus siglas en inglés) del nutriente y varía según el alimento y el grupo de alimentos. El límite de sodio es el 10 % del DV por porción (230 miligramos por porción).
La adopción de estas recomendaciones supondría que en una ración de cereales de unos 21 gramos, solo hubiese 1 gramo de grasas saturadas, 230 miligramos de sal y 2,5 gramos de azúcares añadidos.
El objetivo de la FDA es que los consumidores dispongan de una etiqueta que le permita de una forma rápida y comprensible elegir aquellos alimentos que ayudan a "mejorar la alimentación de las personas y tener un impacto profundo en la salud de las generaciones actuales y futuras".
Este organismos de salud alimentaria de Estados Unidos recuerda que, además hay alimentos que a la luz de la ciencia de la nutrición actual no podrían considerarse como "saludables" al contener niveles de nutrientes que no ayudarían a los consumidores a mantener prácticas dietéticas saludables. Es el caso del salmón cuyos altos niveles de grasas le impiden beneficiarse de esta consideración actualizada.
La regulación propuesta también requeriría que un producto alimenticio esté limitado en ciertos nutrientes, incluidas las grasas saturadas, el sodio y los azúcares agregados.
En declaraciones a El País, la catedrática de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Navarra, Maira Bes Rastrollo, recuerda experiencias negativas respecto al sistema adoptado en la UE conocido como Nutri-Score que asignaba al aceite de oliva una pésima calidad por tratarse de un producto compuesto en su totalidad por grasas.
El nuevo sistema que está en estudio en Estados Unidos superaría esta barrera, de forma que la etiqueta y la consideración de alimento "saludable" tendría en cuenta el tipo de alimento que se califica para establecer los límites nutricionales.