Alberto P., el acusado de matar de forma atroz a su novia la semana pasada, una chica de 21 años, Anna G., en un piso de Campdevànol (Girona), ha regresado a la escena del crimen acompañado por las autoridades. El hombre de 36 años ha sido trasladado hasta el lugar desde prisión, donde ingresó el pasado fin de semana, con un gran dispositivo de los Mossos d'Esquadra. Hay mucha tensión en torno al caso, algunos apuntan a que su madre habría intentado eliminar pruebas, como restos de sangre de las sábanas.
Los agentes estaban avisados de que el individuo pudiera ser agredido por los vecinos del municipio, ya que lo intentaron en el juzgado de guardia de Ripoll. Además, el procesado fue agredido en la cárcel de Figueres por otro preso cuando estaban en el patio. El equipo de del Área de Investigación Criminal (AIC) de Girona ha acudido a su domicilio para ampliar el registro, en busca del arma del crimen, restos del asesinato y pistas que puedan ayudar a esclarecer lo ocurrido.
Se trata de un asesinato muy escandaloso, de una muerte lenta y dolorosa. Así lo apuntan las pruebas forenses concluidas hasta el momento: el cuerpo de la joven presentaba más de 60 heridas, como contusiones, incisiones, quemaduras e incluso dientes rotos. Los investigadores detectaron varias marcas en el cuello de la víctima, pero sin que la llegaran a asfixiar. Asimismo, determinaron que el acusado agredió sexualmente a la chica, provocándole cortes en el interior de la vagina.
Durante el reciente registro, los agentes que llevan el caso han encontrado sábanas mojadas y lavadas, algunas con grandes manchas de lo que podría ser sangre. La policía científica, con el uso de reactivos químicos en la vivienda, ha encontrado otros restos de sangre en el lavabo del baño y otros puntos del domicilio, como la habitación donde fue localizado el cuerpo de la víctima. El arma del crimen, con la que el homicida propinó varias cuchilladas a la víctima, por ahora no se habría localizado.
Muchos ciudadanos, según recogen medios locales, tienen la sospecha de que la madre del detenido ha sido quien ha intentado eliminar la sangre de las sábanas. La mujer convivía con la pareja en el mismo piso. Desde el Ayuntamiento de Campdevànol aseguran que hay convencimiento de que ha colaborado en ocultar pruebas del crimen. No obstante, las autoridades no la han imputado ni detenido.