Los peores presagios en torno a Isabel del Castillo se han cumplido. Las pruebas del ADN practicadas por el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Toledo al cadáver hallado hace una semana en un camino del municipio toledano de Casarrubios corresponde a Isabel del Castillo Hortelano, la mujer de 57 años desaparecida en agosto cerca de esa zona, han confirmado a Europa Press fuentes de la Benemérita.
El lugar del hallazgo está a pocos kilómetros del último lugar en el que se perdió la pista a esta mujer, en la localidad madrileña de Navalcarnero, como así consta en una cámara de videovigilancia municipal.
Los primeras investigaciones apuntan a que el cadáver llevaba varias semanas allí y no murió de forma violenta, sino de forma natural o accidental. Además, han contrastado que el cuerpo no ha sido movido del lugar, por lo que todo apunta a que falleció allí mismo. El cuerpo no ha sido movido del lugar, por lo que todo apunta a que falleció allí mismo, han informado fuentes policiales.
Asimismo, el cadáver llevaba parte de la ropa con la que la desaparecida salió de casa ese día: unas mallas ciclistas de color negro por encima de la rodilla, una camiseta de manga corta de rallas azules y blancas y por debajo otra de tirantes verdes y unas chanclas por suela fina de madera y correa de color azul.
La principal hipótesis, por tanto, es que Isabel fue a dar un paseo en ese calurosa día de agosto dirección sur, a la Urbanización Calipo Fido, donde viven unos familiares, un lugar que conocía bien. Pero, en un momento dado, quizá fruto de su enfermedad, se desorientó y acabó tras varias horas andando en un paraje escarpado, cerca de unos matorrales, por los que apenas pasa gente. Allí habría fallecido el mismo día o al día siguiente por causas naturales o por un accidente, según las mismas fuentes.
En ese paraje se habían realizado batidas días antes para buscar a Isabel, que terminaron sin éxito. De hecho, los ciclistas que pasan por allí tampoco habían visto nada raro. La familia, ayudada por voluntarios, han realizado rastreos en zonas aledañas a Navalcarnero.
Además, el pasado día 6 más de 200 voluntarios junto con un potente despliegue de la Guardia Civil, miembros de Protección Civil y policías locales buscaron a la desaparecida por una extensa zona de su municipio. No encontraron ninguna pista ni ropa perteneciente a Isabel, sí otras cosas que no tienen nada que ver con ella, indicaron a Europa Press fuentes de la Comandancia de Madrid.
También durante este mes habían colocado carteles por la comarca y por la capital, donde figura que la desaparecida mide 1,65 metros de estatura, tiene una complexión normal, su pelo es de color rubio y canoso, y tiene los ojos de color marrón. Además, utilizaba gafas de ver. Isabel tenía alzheimer incipiente desde hace dos años, por lo que podía tener muchos momentos de demencia y desorientación y otros pocos de lucidez.
La búsqueda de esta vecina fue pionera debido al uso de la aplicación móvil Alertcops, que desde el año 2015 funciona como un canal de comunicación entre la ciudadanía, la Policía Nacional y la Guardia Civil, y que en este caso se había estrenado con la función de coordinar las batidas para encontrar a Isabel.
El responsable de esta herramienta, Francisco Alonso, técnico en el Centro Tecnológico de Seguridad de la Secretaría de Estado del Ministerio del Interior, confirmaba que era la primera vez que se usaba la aplicación en un caso real después de haberse probado en varios proyectos pilotos. Pese a los esfuerzos, los peores presagios se han cumplido.