Comprar la píldora anticonceptiva directamente en la farmacia, sin necesidad de que la recete un ginecólogo, o un médico de cabecera. Es lo que proponen tres sociedades científicas de médicos y farmacéuticos, con un argumento contundente: "La anticoncepción es un derecho, no es una patología que necesite un fármaco con prescripción. Es un derecho de la mujer a decidir sobre su salud concepción y maternidad", ha aseverado Eduardo Satué, de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).
Con SEFAC, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) aglutinan a más de 25.000 profesionales sanitarios. El posicionamiento público también recalca que el cuidado de la salud reproductiva, cuando no hay patologías asociadas, no supone un problema de salud, por lo que su tratamiento no debería verse a priori como un criterio de tratamiento médico.
En la misma línea María Blasco, coordinadora del Grupo de Atención a la Mujer de SEMERGEN, ha argumentado que "no tiene sentido que una mujer, una vez que ha tomado su decisión anticonceptiva, tenga barreras para ejercerla. El preservativo es el método más utilizado en España, pero la píldora es el segundo. Y sin embargo las mujeres no llegan a la farmacia libremente, esto se debe minimizar".
Los médicos y farmacéuticos consideran que esta medida evitaría embarazos no deseados, ya que "es una oportunidad para realizar una formación de anticoncepción regular cuando una mujer acude a una farmacia para pedir una anticoncepción de urgencia", según Neus Caelles, miembro del Grupo de Salud de la Mujer de SEFAC. Es decir, que cuando una mujer acude a comprar la píldora del día después, se le puede ofrecer la anticonceptiva para evitar que tenga que enfrentarse de nuevo al riesgo de un embarazo no deseado.
Eduardo Satué justifica la venta libre de anticonceptivos por el hecho de que “la anticoncepción basada en el asesoramiento proporcionado por el farmacéutico comunitario, con la comunicación y derivación al médico cuando sea preciso, sería el paso necesario para aumentar el acceso a la anticoncepción y favorecer el éxito contraceptivo. Además, esta medida contribuiría a disminuir la sobrecarga asistencial de las consultas de atención primaria, pudiendo dirigir el esfuerzo médico hacia necesidades clínicas más relevantes”.
"La anticoncepción es un servicio de salud esencial para reducir las tasas de embarazo no planificado, mejorar los resultados de salud y reducir los costes de atención médica. Sin embargo, en España, casi una de cada cuatro mujeres (23%) está en riesgo de tener un embarazo no deseado, lo que supone el 6,2%de la población general", reivindican las tres sociedades sanitarias en un documento sobre el que llevan trabajando dos años.
La tasa de interrupciones voluntarias del embarazo en España fue de 10,3 por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, es decir, más de 88.000 sólo en 2020. Las sociedades científicas recuerdan que existe una barrera para el acceso: el 26 % de las mujeres ha tenido que dejar de tomar la píldora en algún momento por no poder acudir a la consulta médica a por la receta.
De momento, el tratamiento que se propone para que tenga libre acceso en las farmacias es la conocida como mini píldora, la píldora de desogestrel 75 microgramos. Es un anticonceptivo a base solamente de gestágenos, "el que se ha demostrado más seguro a la par que eficaz. Lo pueden tomar incluso mujeres lactantes", es decir, que dan el pecho a sus bebés, ha explicado Caelles, añadiendo: "No es la más utilizada, pero sí es la que tiene un mejor perfil de seguridad".
La farmacéutica ha aclarado que la propuesta está en consonancia con la postura de la Organización Mundial de la Salud al respecto, ya que "la OMS apoya que la anticoncepción no exija prescripción médica y sea considerada un derecho. En países como Reino Unido ya se vende sin receta el anticonceptivo a base de gestágenos. Y en otros países, como Nueva Zelanda, optan por una fórmula mixta en la que hay una prescripción inicial a la mujer y luego ya ésta puede comprarla sin receta".
La minipíldora noretisterona es un anticonceptivo oral que contiene la hormona progestina. No contiene estrógeno y su dosis de progestina es menor que la de una píldora anticonceptiva combinada. Funciona engrosando el moco cervical y reduciendo el endometrio, de forma que el esperma no es capaz de llegar al óvulo. Además, inhibe la ovulación pero para que sea totalmente eficaz debe haber una gran adherencia al tratamiento, es decir debe tomarse todos los días a la misma hora.
Lorenzo Armenteros, coordinador del Grupo de Salud de la Mujer de SEMG, ha aclarado que la dispensación sin prescripción médica no debe ir en contra de la financiación pública, ya que lo que se pretende es una mayor accesibilidad de las mujeres a la anticoncepción: "Ahora el precio es parecido al precio de un paracetamol. Lo lógico sería que el coste estuviera financiado por la seguridad social, integrado dentro de la prestación farmacéutica".
SEFAC, SEMERGEN y SEMG instan al asesoramiento e información de la mujer, "más que a la tutoría", ya que "son personas adultas que pueden tomar decisiones sin necesidad de que alguien les indique cuál debe ser". Armenteros aboga por insistir en la formación en educación sexual y reproductiva en todos los niveles de la sanidad, ya que "dentro de la labor de la atención primaria y los farmacéuticos está la información y la formación, no solamente en la adolescencia sino en toda la vida de la mujer. Pero en cualquier consulta se puede ayudar a las mujeres a decidir informada y libremente".