Un hombre de 53 años, acusado de tirar por la ventana a su compañera de piso en León, que murió horas después en el hospital, ha sido absuelto de homicidio. La Fiscalía pedía para él 12 años y seis meses de cárcel. El acusado siempre negó las acusaciones.
El jurado popular ha considerado por unanimidad al acusado "no culpable de homicidio intencional", y por mayoría de 8 votos frente a tres "no culpable de homicidio imprudente".
Durante el juicio el acusado negó en la Audiencia de León los hechos que se le imputaban y sostuvo que era un "cabeza de turco" por el simple hecho de ser el propietario de la vivienda.
La víctima, madrileña, había alquilado una de las habitaciones de la vivienda al acusado y solía acudir con asiduidad a comer al Hogar del Transeúnte de Ponferrada dada su precaria situación económica. La investigación descartó la relación sentimental entre ambos.
El hombre aseguró que se enteró que la mujer había fallecido cuando dos agentes de la Policía Nacional llamaron a la puerta de su vivienda la madrugada del 11 de marzo de 2021, además de insistir en que mantenía una relación cordial con la víctima y que nunca habían discutido.
Relató que la víctima llegó esa noche "borracha" después de haber estado "tomando unas cañas con su novio" y que tuvo que llevarla a la cama.
También explicó que ese día se encontraba una pareja en su casa que ocupaban una de las habitaciones desde hacía poco más de una semana después de que la hubiera acogido por mediación de la propia víctima, ya que estaban viviendo en la estación de autobuses de Ponferrada y la mujer estaba embarazada.
Además, precisó que tenía llave de su vivienda al menos un amigo suyo al que él se la había facilitado y que desconocía si se habían hecho más copias.
Por su parte, la defensa insistió en que en este caso toda la instrucción ha sido "una concatenación de errores", y recalcó que no había ni una sola prueba que apuntara al acusado como responsable de los hechos que se le imputaban.
También destacó que dos testigos que declararon durante la instrucción afirmaron que una persona que vieron en el balcón no les pareció el acusado tanto por su aspecto como por su voz.
El acusado admitió que consumió drogas hasta 1997 y que en la actualidad sigue tomando metadona y otros fármacos para combatir su adicción. Su defensa recordó que análisis que se le hicieron poco después de ser detenido dieron negativo en alcohol y drogas, y sobre su estado mental admitió que sufre "brotes psicóticos".
Tras la decisión del jurado popular, el presidente del tribunal ha determinado que el acusado, una vez absuelto, sea escoltado hasta la prisión de León para recoger sus enseres y quedar en libertad.