La formación profesional sigue ganando terreno a las carreras universitarias, convirtiéndose en un boom imparable. Cada vez son mas los alumnos que deciden cursar estos estudios, que en la mayoría de casos, como asegura el director de Ada Its, Javier Fernández, "es un camino seguro al empleo". Lo que ha provocado que las plazas se agoten, incrementándose el número de alumno en un 23% en los últimos 5 años. En 2017, apenas 792.000 españoles cursaban estudios profesionales, incrementándose el pasado curso a más de un millón.
Ha pasado de ser el patito feo de la educación a todo un cisne. La demanda de alumnado en la Formación Profesional sube cada año. La explicación a este cambio es muy sencilla: es un camino más seguro al empleo. Hay un sinfín de especialidades que cubren mucho de lo que las empresas demandan hoy en día. Por ejemplo, Aviónica.
Las empresas también han visto las ventajas de los graduados en FP que de los universitarios. Prefiriendo la formación práctica de los primeros, en vez de la teoría de los segundos. Ofertando en un 40% trabajo para la formación profesional, mientras que de las ofertas de trabajo, solo un 33% van destinadas a graduados universitarios.
El principal motivo para que las empresas prefieran a los graduados de FP, es que en su plan de estudio contienen una mayor horas de prácticas que los estudiantes universitarios, saliendo así más preparados para afrontar un trabajo.
El sin fin de especialidades cumplen con lo necesario que necesitan las empresas. "La primera vez que van a una empresa se lo quieren quedar". Esto sumado con la falta de empleo en muchos sectores como la hostelería, informática, sanidad y audiovisuales dispara la tasa de empleabilidad al 42% de aquellos que terminan sus estudios. Ayudando, además, a reducir las dramáticas cifras de desempleo juvenil del país, con la tasa más alta de la Unión Europea. Así como facilitar que adultos se puedan renovar, certificar sus competencias y ajustarlas a las demandas del mercado laboral actual.