El sueño de comenzar el curso en el extranjero se ha convertido en una pesadilla para un grupo de jóvenes españoles. Decenas de Erasmus de nuestro país se han quedado en la calle en Italia porque no les alquilan piso. Denuncian haber sido víctimas de una estafa y han tenido que dormir en la estación y en furgonetas.
Tres semanas después las maletas se amontonan sin deshacer y la desesperación de estos jóvenes va en aumento. Porque aún no tienen piso. Solución solidaria de urgencia. Apilarse en las pocas viviendas que los erasmus afortunados en Ferrara sí han encontrado. Como ellos, estudiantes viviendo en una furgoneta. Porque la búsqueda de alojamiento en Ferrara es imposible. Hasta carteles, puerta a puerta, pero nada.
Como ellas hay más de 50 españoles, desesperados. Antes de volar a Italia intentaron encontrar piso, las fechas se aproximaban y viajaron sin el alojamiento cerrado. Ahora algunos han tenido que pasar hasta alguna noche en la calle. Renunciar a la beca y volver a España, solución no deseada, pero probable.
La imposibilidad de acceder a un alquiler resulta inexplicable para estos estudiantes, la mayoría de los cuales llegaron a Ferrara sin piso. “Nos dijeron que en verano iba a ser imposible alquilar, pero que en septiembre era más sencillo”, comenta otro joven.
En Ferrara, es imposible. “En cuanto llegas a una inmobiliaria, me daban negativas. Por ser estudiante, en primer lugar, y por ser español. Directamente me decían que no querían estudiantes españoles", dice Javier. De hecho, los jóvenes aseguran que, en cuanto ven un prefijo telefónico extranjero, muchos negocios ni siquiera atienden las llamadas.
Las autoridades aseguran que este problema no es nuevo. Desde el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), un órgano dependiente del Gobierno, afirman que en 2021 una de cada cinco solicitudes de la beca Erasmus fueron para residir en Italia. Por ello, las autoridades educativas piden a los estudiantes que nunca viajen sin tener un alojamiento cerrado.
Sin embargo, algunos de estos setenta españoles aseguran que viajaron a Ferrara sin alojamiento porque, por teléfono o correo electrónico era imposible. "Llamamos a inmobiliarias y caseros, pero no hubo forma de que nos respondieran. Nos decían que viniéramos un poco antes de comenzar el curso, que así sería más fácil encontrar casa". Y ahora los jóvenes se sienten estafados.