La Fundación El Llindar ha abierto un restaurante cuyos puestos de trabajo están ocupados por catorce jóvenes en riesgo de exclusión social que han finalizado sus estudios en la escuela de restauración de la entidad.
Se trata del restaurante La Pau, que la entidad ha puesto en marcha en alianza con el grupo Enjoy BCN al lado de las Ramblas de Barcelona, con el propósito de ofrecer una experiencia laboral a jóvenes que están excluidos del sistema educativo y social.
La directora general de la Fundación el Llindar, Begonya Gasch, ha destacado que "se trata de dar continuidad a la lógica formativa" al "ofrecer una propuesta profesionalizadora con empleo de calidad".
Los trabajadores, de diversas nacionalidades y distintos orígenes socioculturales, se distribuyen entre la cocina, donde están acompañados por el responsable Xavi del Amor, y la sala de comidas donde cuentan con la mentorización de Moisés Masias, que es el jefe de sala.
El objetivo es que estos jóvenes, a los que se contrata por un periodo que puede oscilar entre 1 y 3 años, dependiendo de su capacidad para introducirse en el mercado laboral tras su paso por La Pau, tengan su primera experiencia en el sector y que ello enriquezca su currículum, ha dicho la responsable de la entidad.
Para destacar su propósito social, tanto en la decoración del espacio como en los manteles individuales de las mesas se pueden leer frases como "Se me ha tratado como en ningún lado", "Se me ha valorado" o "Me han escuchado" junto a los nombres de algunos de los alumnos del Llindar y que reflejan sus sentimientos tras su paso por la escuela.
Ubicado en una ubicación emblemática de la ciudad de Barcelona, La Pau persigue "fomentar entre los clientes el conocimiento de la auténtica cocina catalana" y para ello "se apuesta por una cocina tradicional con productos de proximidad, huyendo de las propuestas más turísticas que inundan la zona" ha destacado Begonya Gasch.
La Fundación El Llindar inició su andadura en 2003 con ocho jóvenes excluidos del sistema social y hoy atiende a casi 500 chicos en los cuatro itinerarios formativos que ofrece, y que son restauración, imagen personal, automoción y fabricación digital.
Curso tras curso, la entidad, que forma parte de la Red de Escuelas de Segunda Oportunidad, deja fuera por falta de plazas a unos 500 estudiantes, ha afirmado su directora, que ha reivindicado que las escuelas de segunda oportunidad formen parte del sistema educativo para "consolidarlas y garantizar su supervivencia".