Indignación entre los vecinos cercanos a los locales de estética de Leganitos, convertidos en prostíbulos

En pleno centro de Madrid han proliferado multitud de pequeños locales que se dedican presuntamente a la estética, pero en muchos de ellos, se llevan a cabo más servicios, concretamente masajes con "final feliz". Algo que tiene indignado a los vecinos de Leganitos, una calle situada a escasos metros de la Gran Vía madrileña, que los ven como locales de alterne.

Decenas de hombres son parados por la calle por una mujer asiática para ofrecerles masajes especiales y son llevados a locales camuflados en centros de estética que sufren un gran bullicio de hombres que entran y salen ya que generalmente estos locales están abiertos de 10 a 22 horas, de lunes a domingo. A ellos acuden hombres de todas las edades, aunque generalmente de avanzada edad, que reciben sus servicios especiales por apenas 50€.

Prostíbulos en cubierta en pleno centro de Madrid

Los vecinos de la zona se quejan de la multitud de locales que se anuncian como salones de manicura o masajes que ofrecen estos servicios en la calle Leganitos, de apenas 300 metros de largo, en pleno centro de la capital, ya que es una de las calles paralelas a Gran Vía que parte desde Plaza de España hasta la Plaza Santo Domingo. Por lo que transcurre un gran número de personas que son atraídos a estos locales de manicura y masajes o incluso peluquerías.

En ellos, algunas vecinas que han acudido a realizar algún servicio estético, han huido espantadas al descubrir el verdadero trasfondo de aquellas puertas cerradas de las que no paraban de salir hombres.

Este tipo de locales son muy habituales en China, dónde se conocen como falangmei, pero en España no son muy bien vistos. La asociación contra la trata de personas (Apramp) ha denunciado sus sospechas de que las mujeres de estos salones podrían ser víctimas de tratas de blancas. Algo que es muy difícil de probar por las fuerzas de seguridad según la legislación española.

El pasado mes de diciembre se llevaron a cabo dos redadas contra este tipo de establecimientos, pero no se pudieron recabar las suficientes pruebas para clausurar y detener a los propietarios que ofrecen esta práctica. A día de hoy siguen permaneciendo abiertos y realizando su actividad fraudulenta de forma clandestina.

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