La vuelta al cole será mucho más complicada para los niños que sufren acoso escolar, como el caso de Izan, el niño de Mallorca, que conocíamos esta semana. La Guardia Civil ha abierto una investigación sobre la escena en la que varios compañeros se burlaban de él el día de su cumpleaños. Van a tomar declaración a los monitores de la escuela de verano para saber si actuaron correctamente y aclarar si las vejaciones se repiten desde hace tiempo, como denuncia su familia. El bullying es, según los psicólogos, el principal motivo de suicidio entre los menores.
“Mi hijo se tiró desde un cuarto piso porque no quería ir al colegio”, cuenta Idoia, la madre de Alejandro, un niño que con solo 10 años se quitó la vida tras años soportando insultos. “Le decían que era una mierda, que no merecía la pena, que era tonto, que era un enano, era muy bajito, y otras cosas que no me quiso decir”, lamenta.
La vuelta al cole para él era un infierno. Pidieron ayuda al centro escolar pero la situación del niño no cambió.
Un día le pidió a su madre hasta tres veces no ir al colegio: “Me lo volvió a pedir por la noche: ‘Mamá, por favor, no quiero ir al cole, no quiero, no quiero… ‘. Y yo le dije: ‘pero, ¿pasa algo?’. Subió la persiana, abrió la ventana y se tiró”.
“¿El problema cuál es? Que cuando se les interroga eso no se sabe hacer bien y los niños suelen decir que no pasa nada porque están amenazados, porque van a ser chivatos”, denuncia Carmen Cabestany, presidenta de la Asocaición NACE y profesora.
Casi todos los menores conocen casos de acoso muy cercanos. En su propia clase. Ellos, los testigos, son fundamentales para acabar con el acoso, pero muchas veces guardan silencio. “No participan, pero tampoco son capaces de decir ‘apara’ o ‘frena’ o de decírselo a los profesores”, señala la psicóloga infantil Silvia Álava.
En 2020 se suicidaron 14 niños menores de 15 años. Entre 15 y 29 años fueron 300. Estos datos se han multiplicado tras la pandemia.