Las redes sociales se han hecho eco estos días de un singular edificio en la localidad tinerfeña de Tacaronte. Se trata de 60 viviendas que se construyeron en los años 60 sirviendo de soporte a una carretera que baja hasta la línea de costa.
Los vecinos del edificio Los Ficus aseguran que se trata de una conjunción necesaria para hacer posible la convivencia entre la necesidad de una vivienda y la de una carretera de acceso.
Pero no todos soportan de la misma manera el tránsito por esta carretera que es el tejado de las viviendas de los pisos superiores. Para estos inquilinos y propietarios, el paso de vehículos pesados como son los autobuses se deja sentir en sus casas con vibraciones y golpes, algo que no sufren los de los primeros pisos.
Pero el edificio también es objeto de fuertes críticas urbanísticas por el aprovechamiento excesivo de un espacio natural. Precisamente, Tacaraonte ya fue objeto en noviembre de 2018 de una dura polémica por la proximidad del inmueble Mar y Sol ubicado en Mesa del Mar en plena línea de costa. Aquel año, un fuerte temporal causó olas de gran altura que destrozaron las primeras plantas de este edificio que en un pasado fue un hotel peo que se había convertido en uso residencial.