La crisis energética consecuencia de la guerra de Ucrania ha llevado a muchos gobiernos a poner en marcha planes de ahorro que afectan a empresas, locales públicos y servicios de las administraciones. Las primera evaluaciones demuestran que sirven para reducir el consumo energético, pero falta aún dos ámbitos de gran importancia: los hogares y los puestos de trabajo. ¿Qué medidas podemos adoptar para seguir ahorrando en nuestras casas o empresas ante la llegada de un otoño que se presenta complicado?
Los altos precios de la electricidad impulsados por los del gas llevan meses obligando a ciudadanos y empresarios a aplicar medidas de ahorro energético. Los planes del Gobierno para lograr esta reducción en el consumo pueden ser complementados en nuestros hogares y puestos de trabajo. Algunas de estas medidas son simples gestos que nos ayudan a ahorra, pero otros requieren de fuertes inversiones que no pueden ser afrontados por todos. Unas y otras, en la medida en que podamos adoptarlas supondrán, como mínimo, una contención en nuestros gastos de cara a unos meses que se anuncian muy complicados.
La web Factorenergía ha elaborado un listado con las principales medidas que podemos adoptar en nuestros hogares para reducir el consumo y, al mismo tiempo ahorrar en nuestras facturas energéticas. Estas son las más importantes:
1. Aislar la vivienda
Si pretendemos que el consumo energético sea más eficiente, es primordial identificar y controlar las fugas de aire que suelen concentrarse en puertas y ventanas. A veces también se producen en los conductos de ventilación y alrededor de los extractores. Algunas de estas fugas deberán ponerse en manos de profesionales, pero otras, las más sencillas, podremos solucionarlas nosotros mismos.
Una solución para aislar ventanas, de manera económica, son por los burletes. Unas bandas de silicona, u otros materiales, que se colocan en los bordes de la estructura de la ventana, sellándola herméticamente. Evitando las filtraciones de aire frío por cualquier rendija, y conservando el calor.
2. Reemplazar las bombillas
Uno de los cambios más fáciles de realizar, es el cambio de las bombillas del hogar. Las lámparas halógenas emplean hasta 10 veces más cantidad de electricidad que las bombillas led o las de bajo consumo. Sí, su precio es más elevado, pero su vida útil también es superior (hasta 10.000 horas) por lo que la inversión merece la pena.
3. Desenchufar aparatos
Todos los aparatos eléctricos que no se estén utilizando deberían desenchufarse siempre. El televisor, el equipo de música, el ordenador o la cafetera son algunos de los electrodomésticos que solemos dejar enchufados de forma perpetua. Y es importante saber que, mientras están en modo pausa, continúan consumiendo energía, aunque el aparato esté apagado. Desenchufarlos por la noche, cuando salgamos de casa o cuando no los vayamos usar, hará que notemos mejoras en la factura de la luz.
Considera la necesidad de renovar aquellos electrodomésticas que por el paso de los años se han convertido en grandes consumidores de electricidad. El mercado está lleno de buenas ofertas de estos aparatos de muy bajo consumo y alta eficiencia energética.
4. Tomar duchas breves
Perder la noción del tiempo en la ducha es muy tentador. Sin embargo, no son necesarios más de 7 minutos para un aseo completo e impecable. Permanecer en la ducha 20 minutos puede suponer un incremento de la factura de cientos de euros anuales. Un truco para corregir este mal hábito, es cronometrar las duchas. También funciona cerrar el agua mientras nos enjabonamos. En el caso de haber contratado un tipo de facturación nocturna, también es muy recomendable tomar tu ducha por la noche.
5. Apagar las luces
Este consejo para ahorrar energía que te vamos a dar es el más sencillo de todos: apagar las luces. La luz supone el 20% del gasto energético en los hogares, por lo que apagar las luces que no vamos a usar puede significar un buen ahorro. Cada vez que salgamos de una habitación, hemos de apagar la luz y encender solo las estrictamente necesarias.
6. Lavar con agua fría
Un 11,8 % de la energía que pagamos a final de mes corresponde a la actividad de la lavadora. Calentar el agua a altas temperaturas para lavar la ropa es una de las causas que hace de la lavadora uno de los electrodomésticos que más consume. Por ese motivo, te recomendamos lavar en frío, ya que hoy día contamos con detergentes específicos y potentes que pueden quitar la suciedad sin necesidad de usar agua caliente.
Además, en el caso de las prendas de ropa, la calidad de los tejidos y los colores estarán mejor cuidados.
7. Bajar la temperatura del calentador
En muchos casos, los fabricantes de calentadores de agua establecen una temperatura media de 60ºC, que es excesiva para el uso humano e incluso perjudicial para las tuberías. Podemos reducirla a 40ºC y no notaremos diferencia en nuestras duchas, pero sí en nuestro bolsillo.
También es interesante que cuentes con un termostato regulable que te ayude a programar la calefacción por zonas y franjas horarias y que te permitirá estar a gusto en casa sin gastar en gas más de lo necesario.
8. Evita cubrir los radiadores
Los cubrerradiadores o cualquier otro elemento que obstaculice la salida de calor (muebles o ropa secándose), hacen que la casa no alcance la temperatura deseada, por lo que subirás la potencia y de paso, la factura. Además, es importante mantenerlos limpios y purgarlos bien después de un tiempo sin usarlos.
9. Contratar una tarifa de luz adecuada
El consumo de electricidad no es igual en todos los hogares; en cuanto a volumen ni en cuándo se produce ese consumo. Una familia puede tener un mayor consumo eléctrico durante las horas diurnas, mientras que en otras familias puede que el consumo tan sólo se produzca en horas puntuales al llegar de trabajar. En el primer caso es más adecuada una tarifa eléctrica fija, mientras que, en el segundo, la tarifa variable sería más conveniente.
Los especialistas de Factorenergía recomiendan también escoger tarifas de luz y gas adecuadas a nuestros hábitos de consumo, algo que nos ayudará a ahorrar en nuestra factura mensual.
Todos los expertos en consumo responsable coinciden en el sentido común que representan estas medidas de ahorro energético en nuestros hogares y, de cara al invierno, ahora es el momento de empezar a ponerlas en práctica.
Algo similar ocurre en las empresas o en nuestros puestos de trabajo. Empresarios y trabajadores pueden adoptar, en sus diferentes ámbitos de responsabilidad, medidas para reducir los consumos energéticos. Especialistas como los de Energyavm apuestan por estas sencillas recomendaciones para promover el ahorro en los ambientes laborales:
1. Conoce a fondo el perfil de consumo de tu oficina
No hay dos empresas iguales. Por eso, el primer paso es conocer, exactamente, el perfil de consumo que hace tu negocio. Sin eso y el siguiente punto (elegir la tarifa más adecuada) el resto de formas de ahorrar energía en la oficina no servirán de mucho.
Por eso, hemos de hacer una auditoría de lo que más gasta o, al menos, examinar las facturas del último año y trazar nuestro perfil de consumo.
¿Se trata de una oficina con horario partido o intensivo?
¿Está abierta a otras horas?
¿Cuándo hay mayor concentración de trabajadores?
¿Cuáles son los aparatos que más consumen?
¿Cuánto fue exactamente lo que gastamos en energía y a qué precio la tenemos contratada?
No cuesta mucho recoger esos datos y, con ellos en la mano, pasamos al siguiente punto.
2. Elige la tarifa adecuada
No dudes en buscar y comparar la mejor tarifa que se adapte a la forma de trabajar en tu oficina. E
3. Pásate a las bombillas de bajo consumo
La iluminación es clave en una oficina y también una gran parte del gasto, pues muchas veces permanece horas y horas encendida. Por eso, es vital, barato y sencillo, pasarse a la iluminación de bajo consumo.
4. Haz un buen mantenimiento de los equipos de oficina
Si has detectado qué equipos y aparatos gastan más (siguiendo el primer consejo), querrás hacerles un mantenimiento habitual. Con eso, funcionarán mejor y no emplearán más electricidad de la que necesitan.
5. Ten el termostato a una temperatura adecuada
La temperatura del aire acondicionado o la calefacción es siempre un punto clave en cualquier oficina. Algunas están innecesariamente frías en verano y con demasiado calor en invierno.
6. Inculca una cultura de empresa de consumo responsable
El ahorro empieza por la actitud de cada uno. Por eso, una de las mejores formas de ahorrar energía es estableciendo unas sencillas pautas de comportamiento, como apagar bien los equipos y las luces al salir.
Ten una reunión, comunica el compromiso con un consumo responsable y apela a la conciencia de los empleados.
Deja siempre a la vista esas pautas, que tienen que ser sencillas para que funcionen, especialmente cerca de los equipos que más energía gastan, o a la entrada y salida de las estancias, para recordar que se apague todo. De esa manera, nadie se olvidará.
7. Renovar y reinvertir en los equipos de la oficina pensando en la eficiencia energética
Cuando toque renovar algo, ten en cuenta el consumo. Mira las etiquetas energéticas y, en el caso de la informática, piensa en el consumo de los equipos. Los nuevos procesadores son cada vez más eficientes.
8. Pásate a la oficina sin papel
Otra de las formas de ahorrar energía más sencillas y prácticas. Empieza a olvidarte del papel y digitaliza documentos.
Ahorrarás en fotocopiadoras, espacio, equipos, electricidad, folios y quebraderos de cabeza para encontrar cosas, si se implanta una buena solución de gestión documental.
9. Pásate a la nube, una de las mejores formas de ahorrar energía, problemas y costes
Las oficinas de hoy precisan servidores y acceso a archivos 24/7. Pasarse a la nube permite eso, ahorra energía y, además, también suele ser más barato y rápido, ya que la infraestructura de las empresas especializadas está optimizada.
Además, un buen servicio de nube suele ser más seguro y fiable para el día a día que mantener nuestros propios servidores físicos en la oficina, con gente pendiente de su mantenimiento, además de la factura eléctrica subiendo todo el tiempo.
Del mismo modo, muchas empresas de servicios en la nube se están pasando al consumo responsable y la energía renovable para alimentar sus granjas de servidores. De esta manera, el impacto positivo es doble.
10. Apuesta por el teletrabajo
He aquí una de las formas de ahorrar energía que, a la vez, aumenta la productividad y felicidad de tus trabajadores. Se ha demostrado que el teletrabajo crea empleados más efectivos y contentos.