Inesperado y emotivo final feliz para una familia gallega de Ribadumia que llevaba cinco años sin saber nada sobre Lúa, su perra de raza yorkshire que un día, repentinamente, desapareció cuando se celebraban unas fiestas cercanas en Leiro. Al principio, de hecho, pensaron que el animal podía a haberse asustado, pese a que “normalmente no le pasaba”, pero nunca volvieron a verle. Todo ha cambiado, sin embargo, un lustro después, cuando una llamada volvería a provocar emotivas imágenes del reencuentro entre un humano y un animal.
Cuando María José, dueña de Lúa, cogió el teléfono, no podía dar crédito a lo que estaba escuchando. Tal era el caso que, cuando le dijeron que habían localizado a su perra, lo primero en lo que pensó, con incredulidad, es que se referían al can que adquirieron tres años después de que Lúa desapareciese.
“Pensé que me decía que había aparecido la otra perra que tengo. Entonces, le dije: ¿Dónde está? ¿Dónde está que voy a recogerla? Y me dice: ‘no, no, está en Boiro’”, tras lo cual María José insistió: “¿Pero si cuando me fui a trabajar por la mañana estaba en casa?”, pero la chica que lo había localizado le hizo ver que no había ningún error y que, en efecto, se referían a la perra desaparecida.
“Me dijo: 'Sí, sí. Está en Boiro, es un cruce de yorkshire y se llama Lúa'”. “No hay lugar a duda, le estamos leyendo el microchip, estamos llamando por la base da datos, así que no hay ninguna duda. Es ella”, le dijeron, tras lo cual rompió a llorar.
La desaparición de Lúa fue “muy llorada”. El animal era “uno más de la familia” y afectó tanto a María José como a sus hijos. Tras tanto tiempo de búsqueda, en la que llegaron a recorrer distintos pueblos y localidades de la geografía gallega, terminaron por perder la esperanza.
En ese periodo, entre la tristeza, la desesperación y la incertidumbre, cada vez que veían a una perra de la misma raza volvía a la memoria el recuerdo de Lúa. “Ibas por la calle y veías un yorkshire y yo daba la vuelta en el primer lugar que podía para volver a ir, llamarla para ver si era ella… y nunca era”, cuenta María José.
Esta vez, la llamada que recibió el fin de semana no se equivocaba. Cuando fueron a recoger a la perra “los chicos de Protección Civil se emocionaron un montón”, cuenta, porque “fue un reencuentro muy esperado”. Tal era el caso que cuando Lúa volvió a su hogar estaban esperándola todos como si fuese “una fiesta”. Primos, cuñados, hermanas… Todos en la familia acudieron a recibirla.
Ahora, el animal se está recuperando. Cuando lo encontraron “tenía todo el pelo en rastas”, con “una pelota incrustada”. Tiene “algo de sarna, pero no tiene mucha importancia”, y en el veterinario “ya le pusieron algunas inyecciones”.
Aunque al principio no respondía a su llamada, ahora el animal, del cual la familia cree que "alguien se lo llevó hasta Boiro", poco a poco se está recuperando.