Trabajo sin descanso contra las llamas en el Vall d'Ebo. La lluvia se ha convertido, en las últimas horas, en el aliado perfecto de los bomberos para perimetrar y acotar la parte más conflictiva del fuego. Un fuego que no está controlado y deja unas cifras demoledoras.
En la comarca del Vall d’Ebo han sido cuatro días de lucha contra las llamas que han acabado con 12.000 hectáreas de terreno. Ha sido el incendio más grave en una década en la Comunidad Valenciana y ha ocupado un perímetro de 80 kilómetros.
Valles y comarcas afectadas, con 11 municipios alcanzados y 1.500 vecinos desalojados. Algunos de ellos hoy podrán regresar a ellas. Poco a poco las autoridades les irán informando a lo largo de la jornada.
Las lluvias ayudaron ayer por la tarde en las tareas de extinción. Los medios aéreos tuvieron que retirarse por las precipitaciones pero se desplazaron a otro incendio, en el municipio de Petrer, que ya se ha estabilizado.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, cree que el día de hoy será "decisivo" para los incendios de Bejís (Castellón) y Vall d'Ebo (Alicante), debido a la lluvia, la bajada de las temperaturas y la humedad.
Ha asegurado que lo que más le preocupa es la seguridad y la vida de las personas: "La pérdida de patrimonio natural es enorme, nos entristece y nos interpela humanamente, pero nada es comparable con la pérdida de una persona o una vida. Lo que más me ha preocupado en todo este episodio, que ya supera una incidencia de más de 20.000 hectáreas, es la vida de las personas".