Mientras continúa la investigación para determinar responsabilidades en la tragedia del Medusa Festival, donde un joven de 22 años falleció y una treintena de asistentes resultaron heridos al desprenderse parte del escenario por un reventón térmico en la zona el pasado sábado, las denuncias contra la organización siguen aumentando. Ya son un total de cuatro los afectados que han acudido ante el juzgado de Instrucción número cuatro de Sueca por presuntos delitos de lesiones por imprudencia.
Concretamente, los cuatro denunciantes, con edades comprendidas entre los 19 y 20 años, tuvieron que ser hospitalizados tras las lesiones sufridas durante la celebración del evento. Una de las denuncias, según refiere el medio El Periódico, apunta que el festival debió parar el evento cuando comenzaron las primeras rachas de viento, y en esta línea, el letrado Jesús Sanfeliu, quien representa a varios de los afectados, ha señalado que no se puede zanjar lo ocurrido como “una cuestión simplemente meteorológica”.
La organización del Medusa Festival, no obstante, insiste en defender su actuación tanto antes como después de la tragedia, señalando que no se preveía un “fenómeno virulento” como el ocurrido y que son los principales interesados en "dilucidar lo sucedido, dar respuesta a los perjudicados y depurar responsabilidades si las hubiere".
Así lo aseguraban en un comunicado en el que además han subrayado que el festival "cumple con toda la normativa contemplada en las leyes y aplicables a la celebración de este tipo de eventos" y dispone de protocolos de emergencia para incidentes como el que se produjo el pasado sábado.
En esta línea, han recalcado que el día previo al comienzo de cada uno de sus eventos se lleva a cabo una Junta de Seguridad en el recinto de celebración, en el que se realiza una "exhaustiva revisión" de su infraestructura, con presencia de la organización y sus técnicos, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y administraciones. En esta ocasión, también se realizó, subrayan, siendo el 9 de agosto cuando se determinó que la celebración de Medusa "podía llevarse a cabo por resultar totalmente segura". Ayuntamiento y cuerpos de seguridad, inciden, comprobaron que se cumplía con lo dictado por la ley.
Añadiendo que el Plan de Emergencia y Autoprotección apunta que para el aforo del recinto se dispone de once salidas de emergencia de 18 metros de anchura cada una de ellas, por lo que el festival “cumple sobradamente las exigencias de evacuación", la organización explicaba también en su comunicado que “en ningún momento se prevé que pueda producirse en el municipio de Cullera y localidades colindantes un fenómeno virulento que pueda hacer peligrar la integridad" de los asistentes. Así, declaran que todo se debió a un "imprevisible fenómeno meteorológico de características devastadoras que causó numerosos deterioros en la infraestructura del recinto y en diversos elementos decorativos".
"Algunos de estos elementos provocaron daños a asistentes al evento", indica el comunicado, en el que inciden además en la rapidez con la que se decidió desalojar el recinto –con 50.000 personas–, lo que se consiguió en 40 minutos y que empezó "justo al finalizar el fenómeno meteorológico".
Según su cronología, a las 4.10 de la madrugada, los servicios de Emergencias ya estaban auxiliando a los heridos y trasladándolos a los centros sanitarios más cercanos.
Entre las acusaciones que señalan que hubo negligencias y la defensa del festival apuntando a lo imprevisible del reventón térmico, la Guardia Civil prosigue con la investigación de lo ocurrido, prestando especial atención a si verdaderamente se cumplían todos los protocolos necesarios para garantizar que el evento se realizaba en óptimas condiciones de seguridad y con garantías.
El 'president' de la Generalitat, Ximo Puig, ha declarado que será la justicia la que determine “si hubo alguna salvedad” ante una situación que ha calificado de “absolutamente sobrevenida”, asegurando, en la línea de los organizadores del festival, que “no se podía prever”, pese a que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) verdaderamente había emitido una alerta 30 minutos antes por posibles reventones térmicos. En este sentido, matiza Ximo Puig, dicho aviso se centraba en las zonas de interior y no del litoral como Cullera.
"Está en manos de la justicia y vamos a dar toda la información necesaria", ha dicho, añadiendo que "en todo momento" se ha tratado de ayudar a la familia del joven fallecido, natural de Daimiel, en Ciudad Real.
Insistiendo en que los reventones térmicos no estaban previstos en la zona porque la previsión era que afectaran al interior, ha recordado no obstante la dificultad de realizar predicciones ante la situación "muy cambiante" de los vientos.