Muchos restaurantes ya han mostrado el hartazgo que les producen los influencer que tratan de comer gratis en sus locales a cambio de publicidad. Precisamente, una de estas escenas, la de un youtuber tratando de que no le cueste nada lo que consume, alegando, eso sí, que hace promoción de ello, ha sido noticia estos días. Se trata de Borja Escalona, quien ya ha estado en el foco otras veces por situaciones similares. De hecho, en 2021, llegó a estar detenido. Pero, ¿quién es y por qué no paras de escuchar de hablar de él?
Borja Escalona, un youtuber madrileño que contaba con 36 000 suscriptores en su canal abierto hace 10 meses, tiene uno nuevo "cogerlo desde cero, petarlo y a funcionar". ¿Qué ha pasado con el antiguo? Al parecer, y según ha explicado él mismo, se lo han cerrado por lo ocurrido tras un incidente del 9 de agosto en Vigo.
"Sí, me habéis tumbado un canal. Me la pela. No os preocupéis, tengo un community que es la hostia y a funcionar. El fandom ya está, el fan base ya está y los haters ya están. Si tengo una horda de haters que van a venir a donde yo estoy...", ha dicho al final de un vídeo en su nuevo canal de ocho minutos.
Ese día, el youtuber fue a un restaurante de Vigo, ‘A tapa do barril’. Allí, como hace habitualmente, quería comer gratis y no pagar la empanadilla que se había pedido, pero la dependienta se negó y le exigió el pago. Él respondió con una amenaza: "¿Te tengo que pagar? Pues entonces te tengo que cobrar yo esta promoción que acabo de hacer. Te va a salir más caro".
Escalona pagó la empanadilla, amenazó al local con una factura de 2 500 euros y publicó el vídeo en sus redes sociales. Sus seguidores no tardaron en inundar la página de Google del local de reseñas negativas y, la dueña se vio obligada a lanzar un comunicado en la cuenta de Instagram del restaurante en su defensa.
“Ayer, un youtuber (cuyo nombre no vamos a mencionar para no tener que pasarle factura por la promoción en nuestras redes), consideró oportuno hacer un directo, sin previo acuerdo, en nuestro local. Decidió probar una de nuestras empanadillas y mientras la saboreaba, le pareció gracioso o divertido, vacilar a nuestra compañera y por supuesto, nuestro trabajo ya que también quería irse sin pagar porque ‘nos estaba promocionando ante toda España’”, rezaba.
“Cobrar por nuestro trabajo y no pasar por el aro de esta persona, ha supuesto decenas de puntuaciones negativas en nuestro perfil de Google (personas que nunca han comido ni una de nuestras empanadillas) y llamadas a nuestro negocio insultando a nuestro equipo. También ha sido un disgusto para una persona que estaba haciendo su trabajo y que salió de la situación de la mejor forma posible: con profesionalidad y respeto”, defendieron.
“Desde aquí, queremos dar las gracias a todos los mensajes de cariño que estamos recibiendo y también, alertar del uso que ciertas personas están extendiendo a través de las redes sociales: mensajes y discursos desde el odio y la violencia, desde la falta de respeto y el ‘todo vale’ por el click. Nosotrxs lo tenemos claro, con redes o sin redes, seguiremos otros 50 años más, haciendo lo que sabemos hacer: trabajar, trabajar y trabajar”, finalizaba.
Este alegato le pasó factura al youtuber, quien llegó a pedir perdón por lo ocurrido: “He cometido un error muy grande, faltando al respeto tanto a Ana, como a Rebeca, como a toda la franquicia”.
Pero el daño estaba hecho. Con lágrimas, explicaba que había recibido un “vendaval de odio para el que no estaba preparado”, incluso fuera de la Red. Explicaba que salió a un bar con su mujer y el gerente les echó. Además, decía: “Me he tenido que quitar Twitter, no he podido salir de mi casa, no me han dejado ir al gimnasio”.
Sin embargo, las lágrimas del youtuber no convencieron a todos y han sido puestas en duda en la Red.
Además, él mismo en su nuevo vídeo se jacta de que le hayan cerrado el canal que tenía abierto desde hacía 10 meses: "¿Otros diez meses? ¡Los tengo! No tengo otra cosa que hacer, estoy todo el día en casa tocándome los huevos excepto cuando voy al gimnasio o a comer gratis".
"Tengo que estirar el vídeo un poco más. Cuanto más largo sea este vídeo, mejor. Antes lo monetizo, antes puedo hacer miembros y antes empiezo con las funciones ordinarias de este canal", añadía.
Esta no ha sido su única polémica de este tipo. En Valencia ya intentó llevarse de una tienda un collar de 20 euros sin pagarlo con el mismo ‘modus operandi’. "¿En serio? ¿En serio?", le dijo a la dependienta que trató de que este pagase por lo que se llevaba.
"Quítamelo. ¡La próxima vez les cobro los 3.500 que vale un promoción de estas y ya está. Tienes 7.400 personas viendo esto... Como veáis, no te preocupes", le dijo mientras lo grababa.
Entre otras polémicas actitudes, Escalona también presume de haber entrado sin permiso en estadios como el de Riazor (Deportivo de la Coruña), Balaídos (Celta de Vigo), Reale Arena (Real Sociedad), San Mamés (Athletic de Bilbao) y El Sardinero (Racing de Santander).
Otra de sus escenas conocidas fue el reto a un combate de boxeo al cantante Omar Montes, que terminó abandonando.
Además, el youtuber que ahora denuncia el “odio recibido” se ha metido con canarios, extremeños y andaluces en la Red.
Personalmente, también se ha burlado de un trabajador de Metro de Madrid tras colarse en este transporte y ha agredido a un transeúnte con una maquinilla de afeitar en la Puerta del Sol, un hecho que le valió una detención en marzo de 2021.