Continúa la psicosis creada en torno a los pinchazos a jóvenes, básicamente chicas, en zonas de fiesta o en celebraciones multitudinarias. En Vitoria, donde este fin de semana se viven las fiestas patronales, la Ertzaintza ha montado un dispositivo especial. Las calles están llenas y hay muchas ganas de fiesta en Vitoria aunque con miedo entre muchas mujeres por los pinchazos.
Por eso, salen en grupo y tanto hombres como mujeres muestran su firme rechazo ante este delito. En España ya se investiga más de un centenar de pinchazos. La mayoría no han dado positivo a ninguna sustancia. Por eso, la Policía y los expertos reiteran que no se trata de intentos de sumisión química.
El problema añadido es el efecto contagio que pueden suponer estos pinchazos. Se encuentran agujas y jeringuillas tiradas en lugares de ocio. Pinchazos que pueden contagiar enfermedades graves y que constituyen delitos de lesiones con la agravante de género. Incluso los pueden acusar de un delito de odio.
Aún no hay detenidos ya que es muy complicado pillar a los atacantes. Sin embargo, la vigilancia se estrecha en discotecas y en festivales como este del Puerto de Santa María, en Cádiz. En la entrada cachean a todos aquellos que quieran acceder al recinto. Aún así, las mujeres piden más seguridad y poder salir tranquilas a la calle.