El Gobierno plantea toda una revolución para la Selectividad y el Ministerio de Educación presenta hoy ante las autonomías y las Universidades los puntos básicos con los que pretende hacerlo efectivo. Entre ellos, propone un sistema de evaluación con la mitad de exámenes y una prueba de madurez académica.
La propuesta, que entraña la mayor reforma del sistema de acceso a estudios universitarios desde que se implantó, pretende ser gradual, dando un tiempo a profesores y alumnos para adaptarse a ello, culminando el proceso en el curso 2026/2027.
Según informa El País, que ha tenido acceso al documento, serán los estudiantes que el curso que viene empiecen primero de bachillerato, así como los que comiencen tercero y cuarto de la ESO los que se presentarán a ese modelo transitorio de Selectividad planteado por el Gobierno. Los grandes cambios, no obstante, arrancarán en las pruebas de acceso a la Universidad para los jóvenes que, el próximo mes de septiembre, inicien segundo de la ESO y los niveles inferiores.
De este modo, el citado modelo transitorio tendrá lugar en los cursos entre 2023 y 2026 y tendrá un mínimo de cuatro ejercicios (por los cuatro o cinco de ahora) y un máximo de seis (frente a los ocho o nueve de ahora). Los cuatro exámenes que tendrán que hacer tendrán el mismo peso para la nota global, es decir, un 25%: serán sobre Historia de la Filosofía; Historia de España; la materia de modalidad obligatoria elegida por el estudiante; y un cuarto examen que buscará evaluar las destrezas del ámbito lingüístico. En este último, esto abarcará además del castellano y, de haberla, la lengua cooficial del territorio, preguntas en la lengua extranjera elegida.
Ese cuarto examen, que busca ese propósito de evaluar también la “madurez académica”, estará basado “en un dosier” compuesto por distintos documentos entre los que se incluyen textos, imágenes, infografías, y audiovisuales. Además, versarán sobre un mismo tema, que podrá ser de actualidad, científico, humanístico o de otro tipo.
Este nuevo ejercicio se dividirá a su vez en tres partes. La primera está focalizada en la “lectura detenida y el análisis” de los documentos, para lo cual los alumnos dispondrán de 15 minutos. La segunda, por su parte, estará formada por 15 o 20 preguntas “cerradas o semiconstruidas”, pensadas para poner a prueba el “pensamiento crítico”, así como la “reflexión” y “madurez” del alumno. En esta línea, dos o tres de las preguntas serán formuladas en la lengua extranjera, y sobre las cuestiones del dosier. No tendrán “una sola respuesta correcta inequívoca”, sino que demandará “construcción por parte del alumnado”. Para ello, se dispondrá de 45 minutos.
El modelo transitorio dará paso al gran cambio en la EBAU a partir del curso 2026/2027. Será entonces cuando los ejercicios específicos independientes de Historia de la Filosofía e Historia de España, tal como indica El País citando al documento, desaparecerán. Así, la evaluación de las competencias sobre estas dos materias serán asumidas por la citada prueba general de madurez, que tendrá un peso del 75% en la nota global. La duración podrá duplicarse, con descanso entremedias, y estará acompañado por otro examen, –que valdrá el 25% restante sobre la clasificación global–, el cual englobará la materia obligatoria elegida por el estudiante.
En paralelo, tal y como sucede ahora, tanto en el modelo transitorio de tres años como cuando entre de lleno la reforma que pretende el Ministerio de Educación, los alumnos podrán presentarse a ejercicios adicionales con el objetivo de subir su nota.
La Selectividad cuenta con una primera fase, de acceso, compuesta por los exámenes obligatorios, cuyo peso en la calificación final es de un 40%, mientras el expediente académico del Bachillerato ocupa el 60% restante.
En la segunda fase, denominada de admisión, se permite a los estudiantes superar el 10, pudiendo llegar a un máximo de 14 puntos. En este punto, lo que la reforma reduce es el número de exámenes opcionales de un máximo de cuatro a la mitad: solo dos.
Con todo esto en cuenta, finalizado el modelo transitorio, en el curso 2026/2027 los alumnos tendrán que realizar un mínimo de dos exámenes obligatorios (la prueba de madurez académica y el examen sobre la materia obligatoria elegida) y un máximo de cuatro (con esos dos opcionales para subir nota).
Por otro lado, durante el modelo transitorio los exámenes optativos solo podrán ser de materias de modalidad, mientras a partir de 2026/2027 se podrá elegir presentarse también a exámenes opcionales de las materias comunes en segundo de Bachillerato, es decir, Historia de la Filosofía, Historia de España, Lengua castellana y literatura, Lengua extranjera y, donde se dé el caso, lengua cooficial y literatura.
En esta línea, las universidades seguirán estableciendo el coeficiente para ponderar, en la calificación global, el peso de los exámenes opcionales en función de la carrera a la que quiera acceder el alumno.
La implantación de este sistema llegará, según las previsiones, a través de un Real Decreto del Gobierno, que buscará el consenso previo con las universidades y las distintas autonomías, a las que hoy presenta la propuesta.