El incendio que afecta, entre otras localidades, a Quintanilla del Coco y Santodomingo de Silos, en Burgos, habría sido intencionado y provocado presuntamente por un agricultor que cosechaba en horario prohibido. Ya ha sido identificado, aunque aún no ha sido detenido. Él niega las acusaciones, rechazando que haya estado realizando esas tareas.
Mientras tanto, según datos oficiales, el fuego ha calcinado ya, según datos oficiales, una superficie de entre 3.000 y 3.500 hectáreas, y ha obligado a desalojar ya cinco localidades, por lo que medio millar de vecinos han pasado su segunda noche fuera de casa.
Por su parte, la situación es especialmente angustiosa en Santibáñez del Val, donde el fuego ha arrasado cerca de 40 viviendas. Es la localidad más castigada por las llamas, y el panorama es desolador para unos vecinos que ven como sus casas han sido calcinadas y reducidas a escombros.
Desolados, están también enfadados, porque creen que se les desalojó dejando el pueblo vacío y sin nadie que pudiera evitar la llegada de las llamas: “Se podría haber evitado” denuncian, ahora ante la apariencia de un pueblo fantasma del que emana una tristeza infinita.
Mientras, en Santodomingo de Silos revisan igualmente las naves devoradas por las llamas: “Empezó cuando se levantó viento”, explican ahora, apenados.
También desalojaron en Hacinas, desde donde su alcalde, José Angel de Juan, se lamenta: “Se desalojó por seguridad por el tema de humos, y nos han dicho que seguimos en alerta 2 y de momento no podemos ir”.
Dado que por el momento ni siquiera se ha podido perimetrar o al menos contener el fuego, los vecinos, de momento, no pueden volver a casa. Las altísimas temperaturas y rachas de viento, de 30 kilómetros por hora, mantienen en jaque a los efectivos desplegados en la zona.