El trabajo de los bomberos es fundamental para luchar contra los incendios una vez que se han iniciado. Sin embargo, también hay una labor muy importante para prevenir que se declaren los fuegos. Las cabras y las ovejas realizan una labor de limpieza del campo fundamental para que en verano los montes no sean un polvorín. Algunas administraciones financian a los ganaderos para que realicen esta labor.
Las cabras y las ovejas constituyen una barrera natural frente a la propagación de incendios forestales, modelando el paisaje y posibilitando entornos naturales ricos, forjando un patrimonio cultural, arquitectónico e inmaterial que es necesario mantener.
Durante siglos, la ganadería extensiva ha sido una de las actividades económicas que más ha contribuido a mantener el medio rural y su aportación va más allá de lo económico, ya que tanto esta actividad como los profesionales que la lideran, los pastores y pastoras, han forjado una cultura y un patrimonio, han modelado el paisaje y, sobre todo, han hecho posible el mantenimiento de la biodiversidad, siendo un elemento fundamental en la prevención de incendios forestales.
Gracias al pastoreo, la montaña, el llano, los somontanos y sus ecosistemas se han conservado en las mejores condiciones por la presencia de cabras, ovejas, ganado vacuno o caballar, que retiran material vegetal invasivo, reduciendo el riesgo de incendios y potenciando además el desarrollo de más variedades de especies vegetales así como el crecimiento de la flora de la zona.