Un ciclista ha muerto al ser embestido por un camión en Osona, en Barcelona. Es el tercero que fallece en las últimas horas, tras el atropello el pasado domingo de otros dos en Níjar, en Almería. El dolor y la indignación de sus compañeros de pelotón son enormes ya que consideran que el conductor, que iba borracho y fue detenido, actuó como quien usa un arma.
Consideran que les han asesinado, no frenó, les embistió y no tuvieron capacidad de reacción. El conductor multiplicaba por cuatro la tasa de alcohol permitida y el juez le ha enviado a prisión, acusado de dos delitos de homicidio con imprudencia y otro contra la seguridad vial.
Junto a las víctimas se encontraban sus amigos, quienes pudieron salvar la vida de milagro y relatan con rabia lo sucedido a sus compañeros. “Venía tan fuerte que llegó a alcanzar el arcén izquierdo”, comenta Manolo, testigo y amigo de los fallecidos. “Los coló a los dos dentro del coche, primero uno y luego otro”. Paco y Jesús dejan dos hijos huérfanos, “murieron en el acto”.
El conductor iba a gran velocidad por una carretera del Cabo de Gata, sobrepasando por cuatro la tasa del alcohol permitida.
Manolo cree que lo que les ha sucedido a sus amigos es como si el conductor “hubiese cogido una pistola y hubiese matado a dos padres de familia”. Pide que se endurezcan las penas por este tipo de delitos que destrozan familias enteras.