España se encuentra ante el peor año en superficie quemada de los últimos 30 años. Más de la mitad de los incendios son intencionados. Está detrás el factor humano. Pero en otros casos, el origen del fuego está en las llamadas tormentas secas. Son tal la cantidad de rayos que pueden caer por un fenómeno así que es prácticamente inevitable que acaben provocando un fuego.
Tormenta seca, un término aparentemente contradictorio, pero real y cada vez más frecuente. Laura Madrueño, presentadora de 'El Tiempo' explica que este fenómeno se suelen producir en verano, en episodios de calor como el que se está viviendo con esta ola de calor y "en zonas donde tenemos mucho calor acumulado y sobre todo baja humedad”.
Suelen ser localizadas, de corta duración, pero potencialmente muy dañinas. “Es como el cóctel perfecto. Una tormenta seca lleva muchísima carga eléctrica, muy poca precipitación o ninguna y, además, esas rachas de viento muy fuertes en el momento en el que se produce la tormenta, por tanto, además, caen en zonas de sequía extrema, por tanto ese riesgo de incendio es altísimo”, comenta la presentadora de 'El Tiempo'. Como ha ocurrido en una parte de los que aún hoy siguen devorando nuestro patrimonio forestal.
Y, como un bucle, la alta temperatura que provocan los incendios pueden desatar nuevas tormentas secas. “Llega a precipitar, pero además es tan poca la lluvia y tan alto el calor que se evapora antes de llegar a tierra”, apunta Laura Madrueño.
La parte positiva, que como otros fenómenos meteorológicos, se pueden prever, y por tanto, da margen, aunque sea muy pequeño, para la prevención.