La víctima sale del vagón para huir de los insultos homófobos, pero al llegar al final del andén no puede escapar de los golpes. Patadas y puñetazos que el joven recordaba aún con miedo en el juicio: "Estaba acorralado, notaba golpes en la espalda, por todo el cuerpo. Paran de agredirme cuando llegan los vigilantes de seguridad".
Según el joven, se despedía de una amiga en la estación de metro de Plaça Universitat, en pleno centro de Barcelona, cuando un hombre se abalanzó sobre él, mientras gritaba "puto maricón, te voy a reventar las rodillas. El hombre intentó darle una patada en la rodilla, pero el joven logró "medio esquivarla" y el golpe al final impactó "al lado de la pierna". "De lo contrario, ya tendría la rodilla rota", rememoraba el joven, que ya tenía un ojo sangrando y varias heridas en su cuerpo.
Una agresión que tres años después convierte en miedo en secuela. "Si, a lo mejor, voy con un chico prefiero no dar muestras de afecto para evitar problemas", dice la víctima. Desde entonces, sufre ansiedad cada vez que va en transporte público. Su abogada, Laia Sierra, destaca que "es un crimen de odio para generar inseguridad a las personas LGTBI".
Un joven va a pagar por lo que hizo ese día. El Juzgado Penal 20 de Barcelona ha condenado a tres años y medio de prisión a uno de los tres jóvenes a los que juzgó por una agresión homófoba en el Metro de Barcelona el 12 de enero de 2019, y ha absuelto a los otros dos acusados. La jueza constata que el acusado ahora condenado y un menor --ya condenado en la jurisdicción de menores-- golpearon y patearon a la víctima mientras estaba en el suelo.
El joven que denunció la agresión se subió al Metro sobre las 6 de la madrugada en la estación de Rocafort para ir a trabajar, vestido con una camiseta que tenía el dibujo de un oso y el texto 'aliméntame y dime que soy guapo'. En el vagón estaban los tres acusados y el menor de edad que iba con ellos, que se sentó al lado de la víctima, "se le recostó y en tono de mofa empezó a realizar gestos afeminados, que fueron jaleados con risas por el resto", expone la jueza en la sentencia.
Cuando la víctima le recriminó esta actitud, el menor se levantó y le gritó: "Levántate, de hombre a hombre. ¿O qué ocurre, que no eres un hombre? Ponte de pie, maricón. ¿Qué pasa, que eres un mariquita?". Los tres acusados mayores de edad se reían de la situación y animaban al menor.
La víctima se levantó y se cambió de asiento a la otra punta del vagón pero los cuatro chicos le siguieron, y cuando le preguntó al menor si le pasaba algo le contestó "qué pasa, que eres maricón". Pidió ayuda por el interfono del vagón y avisó a los trabajadores del Metro de que se bajaría en la estación de Urquinaona: al llegar, los acusados le siguieron por el andén hasta que el menor le hizo caer al suelo dándole un golpe en el suelo.
Una vez en el suelo le dieron patadas y puñetazos mientras los otros dos enjuiciados --que han quedado absueltos-- seguían caminando por el andén y "pasaron de largo, ascendiendo las escaleras en dirección al vestíbulo" de la estación.
La jueza ha condenado al chico por un delito de lesiones con el agravante de discriminación por orientación sexual, y además de la pena de prisión le ha impuesto una orden de alejamiento de un kilómetro de la víctima durante cuatro años y medio.
Uno de los dos absueltos en esta sentencia lo está desde el mismo día del juicio y su absolución ya es firme porque todas las acusaciones retiraron los cargos contra él al constatar que solo presenció la paliza pero no participó.
En el juicio, que se hizo el 8 de julio, la víctima declaró desde una cabina anexa a la sala de juicio para evitar el contacto visual con los acusados y contó que mientras le golpeaban "tenía la sensación de estar rodeado, acorralado".
Los tres acusados usaron sus declaraciones para desvincularse de la agresión pero las acusaciones presentaron como prueba las grabaciones de las cámaras de seguridad del Metro, que filmaron lo que ocurrió en la estación de Urquinaona.
Los vídeos que se reprodujeron en el juicio muestran, desde distintos ángulos, cómo la víctima bajó del vagón y, a continuación, bajaron los cuatro sospechosos. Le siguieron a lo largo del andén y, al llegar al pie de las escaleras que suben al vestíbulo, le hicieron caer al suelo y le golpearon. Otro vídeo que forma parte de la causa recoge cómo los vigilantes de seguridad del Metro retuvieron a los implicados, también a la víctima, que tenía la cara ensangrentada.