Los grandes incendios forestales que afectan a Galicia, que arrasan más de 19.000 hectáreas principalmente en las provincias de Ourense y Lugo, continúan sin controlar. Los vecinos lloran desesperados por la pérdida de sus viviendas y lamentan la falta de medios para luchar controlar las llamas.
En Robledo de Domiz, en la provincia de Ourense, el fuego ha destruido 25 viviendas. Los lamentos son constantes entre los habitantes de esta aldea. "Se hizo lo que se pudo" se escucha a uno de ellos mientras recorre las calles empinadas de su pueblo. Frente a él, el fuego lo ha devorado todo, no solo las viviendas, sino también los instrumentos de trabajo y los recuerdos.
También en la parroquia de A Veiga de Cascallá las lágrimas y la desesperación son constantes entre sus vecinos. Aquí han ardido casi todas las casas, solo tres han tenido la suerte de escapar de las llamas. A la gente no les dio ni tiempo ni a recoger sus cosas preparadas antes de salir, por eso ahora, acompañados por efectivos de la Guardia Civil, regresan a sus viviendas calcinadas para recuperar lo que puedan.