Las multas al volante pueden ser de muchos tipos. Las distracciones que comenten los conductores van desde un pequeño despiste, hasta grandes imprudencias que ponen en peligro nuestra propia vida y la de los demás conductores. Un descuido por el que nos puede multar la Dirección General de Tráfico (DGT) es la sanción denominada 'multa del espejo', pues, según la ley, el espejo retrovisor está para que el conductor mire, no para mirarse.
Este tipo de reacciones inconscientes nos pueden traer más de un dolor de cabeza por ser motivo más que justificado de sanción. Ya que, la han hecho más de una vez los conductores de coches o de motos.
Mirarse en el espejo retrovisor puede acarrear una importante sanción económica. Los espejos retrovisores del coche, incluido el interior, tienen como misión permitir al conductor observar los vehículos, personas y objetos que están a su alrededor o detrás, según publica Las Provincias.
Como explica la ley, el espejo retrovisor está para que el conductor mire y por lo tanto, no para mirarse. Así lo establece el artículo 16.1 del Reglamento General de Circulación: "El conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía".
Por tanto, mirarse en el espejo estaría considerado como una infracción, ya que el conductor desvía su atención de la carretera y, por tanto, su capacidad de reacción. La DGT puede poner una multa por esta imprudencia de hasta 80 euros.