En la Venta del Moro, Valencia, todos tienen la mirada puesta en el incendio que abrasa la zona. Decenas de efectivos han trabajado toda la noche para contener las llamas. A primera hora de la mañana se han incorporado los medios aéreos. Ya hay 1.000 hectáreas calcinadas.
El fuego ha reaparecido en la tarde del lunes en el paraje de Venta del Moro con una versión mucho más amenazante. Las rachas de viento de 40 kilómetros por hora y las altas temperaturas han reactivado las llamas y las empujan hacia el municipio de Casas de Moya. Jose María Ángel, director general de emergencias, ha explicado que la climatologia no va a ayudar, ya que hoy se espera "viento poniente y una tormenta electrica por la tarde".
Ya son más de 1.000 las hectáreas calcinadas en un incendio muy dificil por la orografia, señala el experto al tiempo que una vecina ha contado como veía que “se iban abriendo lenguas de fuego, cada vez más”.
El humo que se atisba en el horizonte alerta de que el peligro se aproxima. Tanto que ha llegado a adentrarse en las zonas de campo, donde han ardido ya los primeros cultivos.
Los vecinos han tratado de poner a salvo su maquinaria agrícola, mientras los bomberos vuelven a desplegar mangueras y a meterse en una zona difícil con mucha vegetación que permite al fuego avanzar con facilidad. Nadie ha sido desalojado, solo algunos vecinos que han dejado sus casas de forma voluntaria.
Tras arrasar 1.000 hectáreas, los efectivos trabajan para evitar que las llamas alcancen el parque natural de las Hoces del Cabriel. En esa batalla, la UME se suma a los 300 efectivos que luchan contra este incendio en el límite de Cuenca con Valencia, con 237 militares.