Un hombre identificado como 'El Chiqui' ha disparado mortalmente a un hombre de 45 años y herido de gravedad a un guardia civil en la localidad de Santovenia de Pisuerga (Valladolid). Tras atrincherarse con dos rehenes en un local, se ha entregado a las autoridades. Los hechos han levantado consternación entre los habitantes. La suegra del fallecido, Encarnación Arias Fernández, ha asegurado ante los medios que el presunto agresor, tras matar a su familiar, trató de disparar a su nieto, pero el arma se quedó agarrotada.
Encarnación ha rechazado que el incidente se deba a una reyerta entre familias y afirma que el origen fue "que le habían pinchado dos ruedas del coche" al agresor y "no sabía quién" había sido. La mujer ha asegurado que todo comenzó sobre las 18:00 horas de este jueves, cuando discutieron dos mujeres (la del presunto agresor y la de la víctima) por las ruedas del vehículo pinchadas. En este primer intercambio de impresiones no habría ocurrido nada.
Por la noche, su hija se fue con su marido a tomar un café y sobre las 23:00 horas la llamó para decirle que tanto a ella como a su marido les habían pegado entre seis personas: el presunto autor del disparo mortal, conocido como 'El Chiqui', su cuñado, los novios de sus dos hijas, su pareja actual y la hermana de su pareja. "Mi hija tenía la cabeza abierta y mi yerno el ojo que no había quien se lo pudiera ver, por lo que se fueron al Clínico", ha señalado Encarnación.
Su nieto mayor, de 27 años, se acercó al hospital a recoger a su padre, y al regresar a casa les pudo oír que venían riéndose. "Abrimos la puerta del tercero -donde viven- y oímos de las risas a un 'pum' y de repente un silencio atronador", ha relatado la mujer, quien ha explicado que su nieto de 17 años, que estaba con ella, se dio cuenta de que era "un disparo" y salió corriendo. Ella fue tras él, aunque iba más despacio.
Al bajar, se encontró con su nieto y le preguntó si le había pegado el presunto autor del disparo, a lo que respondió el chico: "Me la he roto yo porque mi padre está muerto en el descansillo, un piso más abajo". La mujer decidió entonces pedir ayuda a su hijo, que vive en el segundo piso, con la intención de taponar la herida de su yerno, aunque fue imposible y terminó falleciendo.
Encarnación ha lamentado que su hija, con 45 años, "es viuda" y sus dos nietos, con 27 y 17 años, han quedado "sin padre". La mujer ha asegurado que tanto la víctima como el presunto agresor eran amigos desde niños e incluso el presunto autor del disparo fue a la comunión de sus nietos. Asimismo, ha destacado que las dos personas que se suponía que el hombre atrincherado tenía de rehenes eran los novios de sus dos hijas, que participaron en el pelea inicial, aunque finalmente, después de que el hombre se entregase a la Guardia Civil se ha comprobado que sólo había una persona más con él.