Condenado a 10 meses de cárcel por estafar un millón de euros a su empresa para apostar
Un hombre, condenado a 10 meses de cárcel y a devolver el millón de euros que robó a su empresa para apostar
El acusado reconoce haber estafado a la empresa porque sufre ludopatía
Estafa 52.000 euros fingiendo un cáncer de ovarios y solo tiene que devolver cinco
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a diez meses y medio de cárcel a un hombre acusado de estafar casi un millón de euros a su empresa para apostar, debido a su adicción al juego, y le obliga a indemnizar a la empresa y al banco afectados en esa cantidad.
La Sección Sexta de la audiencia madrileña le condena por un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso con un delito estafa, con la eximente incompleta de alteración psíquica por su ludopatía y las circunstancias atenuantes simples de reparación parcial del daño y de dilaciones indebidas en el proceso.
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Diez meses de cárcel y libertad vigilada
Además de a diez meses y medio de cárcel le condenan a libertad vigilada durante dos años, a pagar una multa de 480 euros, a que indemnice a su empresa con 755.232 euros y al banco en el que esta mercantil tenía las cuentas con 238.984 euros.
La Fiscalía pidió en el juicio que el procesado fuera condenado a dieciocho meses de cárcel por llevar a cabo entre 2013 y 2016 casi un centenar de movimientos con los que consiguió 994.216 euros, mientras que la defensa del acusado defendió que la pena debería quedarse en seis meses de cárcel y una multa de 600 euros.
El acusado reconoce la estafa y su ludopatía
Ahora los magistrados consideran probado, ya que lo reconoció el propio acusado y lo acreditan las pruebas, que éste "aprovechándose del acceso que tenía a la contabilidad de la empresa para la que trabajaba", imitó la firma de dos responsables de la misma y extendió numerosos cheques y pagarés a su nombre y al de un amigo, quien ignoraba el verdadero origen del dinero que ingresaba en su cuenta.
El acusado poseía tarjeta y número pin de esa cuenta para poder sacar efectivo y, para evitar ser descubierto por su empresa, en unas ocasiones introducía asientos contables a facturas que no existían y contra las que posteriormente emitía el cheque o pagaré y, en otras, buscaba facturas antiguas de proveedores que por alguna razón no habían cobrado el cheque o pagaré que les fue entregado en su día y emitía uno nuevo a su propio nombre, relata la sentencia.
La Sala considera que "los hechos delictivos se cometieron con carácter inmediato al juego", por lo que la ludopatía puede ser una eximente incompleta, máxime cuando fue tratado por un psiquiatra que le recomendó acudir a la Asociación de Jugadores Anónimos.
En el juicio el acusado reconoció el delito cometido y que lo hizo porque es ludópata, una enfermedad que le hizo perder a su pareja y sus amigos y por la que está en tratamiento. Pidió perdón y aseguró que recompensará en lo posible el dinero estafado, del que ya devolvió lo que pudo.